tag:blogger.com,1999:blog-86835478224397363972024-02-07T20:14:48.762-08:00Las aguas de CasablancaSergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.comBlogger11125tag:blogger.com,1999:blog-8683547822439736397.post-32680853909697931872014-11-14T13:46:00.001-08:002021-09-01T02:11:08.847-07:00Anuncios falsarios en la trágica mojiganga<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIKrdsn1s6yyWsgb60Mnc7HwLrzqWhsZ9hbuVvzptrovj-Nehw0kdNBoYbQv4eYq-l9eBkD8nyaVXJCX2VRpwOecqzHF_FvKmd_tswUtu7QA3B3blrCLAR2fkMlTQsYJAekjjokyo3g23v/s1600/House+loter%C3%ADa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIKrdsn1s6yyWsgb60Mnc7HwLrzqWhsZ9hbuVvzptrovj-Nehw0kdNBoYbQv4eYq-l9eBkD8nyaVXJCX2VRpwOecqzHF_FvKmd_tswUtu7QA3B3blrCLAR2fkMlTQsYJAekjjokyo3g23v/s1600/House+loter%C3%ADa.jpg" height="320" width="223" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Hay
muchas cosas de este mundo, y en concreto de las gloriosas Españas,
con las que no estoy nada de acuerdo. Una de ellas, por parecerme
especialmente insultante para la inteligencia de los habitantes de
este país que la poseen, se ha convertido en objetivo para mis miras
más beligerantes y vehementes: el falseamiento de la realidad
mediante el enmascaramiento de todo lo negativo que un poder
debilitado, desgastado y tambaleante ha lanzado sobre una sociedad
que cada vez tiene menos arrestos para enfrentarse a lo que tiene a
su alrededor. Esto me recuerda a lo que Carmen Martín Gaite dijo,
allá por 1994, sobre su querido amigo Ignacio Aldecoa: «Descarado e
irrespetuoso desmitificador en una época cuajada de mitos». Cuando
lo leí por primera vez, no pude dejar de sentirme identificado con
la definición (y mis conflictos me ha costado ser así). Y es que
cuando una sociedad está tan sometida a este poder falsario que
cubre todo con un velo de mentira, hay que tener mucho valor para
atreverse a descorrer esa cortina y enseñar a los demás, a los que
no ven, la mierda que se esconde detrás. Siempre acaba topándose
uno con el que dice «sé que todo está muy mal, pero déjame que me
engañe un poquito». Como para sufrir menos. Y que se joda la
verdad.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Esta
semana se lanzó el anuncio navideño de Lotería Nacional de España.
No voy a entrar aquí en cuestiones políticas y económicas, aunque la
parte «Nacional de España» ya tendría que hacer dudar a unos
cuantos. Que le den un Goya a los que han hecho el anuncio, por
favor. No, no: que les den un Oscar. O, mejor todavía, que les den
unos azotes. Parece que estos señores han pretendido —o no pero
quieren convencernos de que sí— mostrar, después del fiasco con
la Caballé y sus muñecos del pasado año, la verdadera España. La
España de los humildes. Del hombre de a pie, el Juan Nadie de Capra.
Los que sufren la crisis, vamos. O sea. Y la gente se lo ha creído
porque han ido a tocar fibra. Pero al anuncio de marras se le ven las
costuras.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Vamos
a comenzar con la ambientación: esa ciudad española cubierta por la
nieve. Nieve idílica, acogedora, mentirosa. Porque todos sabemos que
España es país de nieves perpetuas. Pasamos al interior de una
vivienda y vemos a un hombre que es pobre; y sabemos que es pobre,
como nosotros, los infelices que compramos los boletos, porque está
despeinado y lleva unas barbas descuidadas. Y tiene el ceño fruncido
ya que, claro, la vida es dura y los tiempos están malos. El Dr.
House de las Navidades pasadas. Cuando aparece su mujer, que también
es pobre, descubrimos que ha tocado el sorteo de Navidad en algún
lugar donde House compra boletos cada año excepto, vea usted qué
mala pata, este año. Como el señor es pobre, no puede gastarse los
veinte eurazos que vale el chiste. Y la mujer, en una actitud muy
española, le dice que qué se le va a hacer, que no pasa nada, y que
lo más correcto es que House se acerque al sitio a felicitar a los
que sí han comprado la lotería. Porque lo normal no sería que la
esposa pusiese al marido de imbécil para arriba.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Y aquí
tenemos a House, tirando a cabizbajo —imagino que ciscándose en lo
más sagrado y parte de lo impío—, caminando bajo la nieve. No sé
si como el dickensiano Sydney Carton en el Londres del XVIII o a lo
James Stewart en <i>¡Qué bello es vivir!</i><span style="font-style: normal;">;
pero el James Stewart triste, el jodido, el suicida, el de antes de
que aparezca Clarence a ganarse las alas. Y para que sigamos
identificándonos con los personajes, le ponen a House de nombre
Manuel y al dueño del bar donde ha tocado, Antonio; porque no vamos
a ponerles, no sé, Gustav y Günther, que ahí ya no podemos
ponernos en la piel de esos caballeros. Y resulta que Antonio, muy
humanitario, le ha guardado el boleto a Manuel, o sea que Manuel es
rico y todo acaba bien.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">No
digo que algo así no pueda ocurrir; alguien, sin duda, tiene que
quedar con compasión, buenas intenciones y capacidad de sacrificio,
aunque sea un riesgo enorme hoy en día. El gran problema del anuncio
es que la realidad que muestra es falsa, manipulada. Es uno de los
mitos a los que se enfrentó Aldecoa. Después de todo, ¿qué
moraleja sacamos de esto? La vida de Manuel, claro está, ha mejorado
(siempre que no acabe, y se han dado casos, depresivo, secuestrado o
suicidándose), pero ¿de qué forma? Comprando un trozo de papel con
el que, azar mediante, puedes ganar dinero. No parece importar que
tengas más posibilidades de que te caiga un rayo mientras te bañas
en el mar y un tiburón te está mordiendo la pierna —eso dijo John
Oliver en un vídeo que he colgado al final del artículo— que de
que te toque la lotería. Hay quien podrá decirme, y ya casi puedo
oírlo, que el anuncio está jugando con la ilusión. Por supuesto
que lo hace: juega con las ilusiones que, por si no ha quedado claro
todavía, en los tiempos que estamos viviendo son un lujo que muy
pocos pueden permitirse. Cuando la ilusión puede definirse, por
ejemplo, en tener unos padres dinero para meter algo de embutido
entre las dos rebanadas de pan de su hijo, es este un juego muy
peligroso.</span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhglawz69nzWNhdK6-m5a7zXJNCcUmEoQ-chngsFwTQDcmyLhvxOLEO2INuzToP6Gwp-oc90hCRM9FM0jxZBAonBt6lo92DWnL_yTkxjlgn0GlSiKidHrjjTa-4oT22ZCPxUMr4V26pEB0E/s1600/10687132_743830609039792_1923986898983868900_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhglawz69nzWNhdK6-m5a7zXJNCcUmEoQ-chngsFwTQDcmyLhvxOLEO2INuzToP6Gwp-oc90hCRM9FM0jxZBAonBt6lo92DWnL_yTkxjlgn0GlSiKidHrjjTa-4oT22ZCPxUMr4V26pEB0E/s1600/10687132_743830609039792_1923986898983868900_n.jpg" height="113" width="320" /></a></div>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">Hay
que desenmascarar del todo a la España de verdad, no la que nos
bombardean a diario para que nos olvidemos de otras cosas. En una
ocasión, cuando preguntaron a Ignacio Aldecoa si era un escritor
social, respondió esto:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Me
acuerdo de haber leído en un prólogo de O'Flaherty a un libro de
Green, </span><i>De la mina al cementerio</i><span style="font-style: normal;">,
que él «no tenía la culpa de que su mundo circundante fuera negro
y feo y que él escribía de lo que tenía cerca y le hería».
Añadiendo: «Pido a mis críticos que construyan un mundo de color
de rosa y yo automáticamente me teñiré de rosa». En estas dos
frases se encierra la grandeza y servidumbre de la literatura social.
Esa literatura gritada termina su función social en cuanto acaba el
problema del «mundo circundante feo y negro»; probablemente pasa a
ser historia literaria, acaso con letra minúscula perdida entre los
paréntesis de los textos de escolares futuros. Pero la literatura
rosa cuando el mundo circundante «es negro y feo» impide la
conciencia de la realidad y supone una traición a la colectividad,
aunque gran parte de esta colectividad la tome por buena y guste de
ella.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Cuando las cosas están
tan mal como ahora, no debemos engañarnos con idealismos ficticios.
Eso lo supo muy bien Ignacio Aldecoa, el mejor retratador de la vida
de los humildes en la España de los años cincuenta. Si Aldecoa
quería denunciar la miseria a la que se veían sometidos los que no
tenían más remedio que vivir en chabolas, describía el espacio,
las personas y las sensaciones del ambiente de forma fidedigna, como
ya lo había hecho Steinbeck años atrás en <i>The Harvest Gypsies</i>:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">En
el interior de la chabola, oscuridad; oscuridad cargada de modorra.
Una mujer friega platos metálicos en un cubo. Un hombre duerme, al
fondo, tendido en el suelo, la cabeza invisible bajo un periódico
abierto a doble plana. Medio cuerpo cubierto con una camiseta
agujereada, medio sin tapujos, un chiquillo panzudo se mueve con
torpeza de cachorro de un lado a otro. Se atusa el pelo la mujer con
el dorso de la mano, hinchada y roja, que saca del agua, grasa, ocre,
espumeante. Vuelve la cabeza hacia el cajón sobre el que blanquea un
trapo, alegran flores en un bote y pica el tiempo un reloj
despertador.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">No es agradable, ni
bonito —aunque sí de una fuerza gráfica impresionante—, pero es
la verdad. Una verdad de hace sesenta años que nos es demasiado
cercana, por desgracia. Pero había más: la gente de la chabola era
una parte de la sociedad del momento; había otra sección, la de los
más mezquinos, a la que Aldecoa dedicó líneas memorables con un
estilo que aprendió del maestro, don Ramón María del Valle-Inclán:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Las
cristaleras del café siempre estaban sucias y la luz de la glorieta,
agria y escenográfica, se filtraba a través de ellas con matices de
recuelo. El viejo camarero arterioesclerótico arrastraba la pierna
mala como cosa ajena a su persona e iba de mesa en mesa, frágil,
doméstico, temblante y arácnido. Bufaba la máquina exprés;
cantiñeaba el aburrido cerillero; la señora de los servicios
cultivaba sus emociones leyendo una novela de amor; el chicharreo de
la llamada del teléfono no era atendido; esputaban en sus pañuelos,
y por turno, los cinco viejos del friso de la tertulia de fondo;
bajaba el cura jugador las escaleras de la timba; componía un
melindre la pájara pinta timándose con un señor solitario y de
mirada huidiza; el renegrido limpia tenía un vivaz sátiro bajo la
roña, el betún y la piel, y no se perdía detalle, desde su ras,
sacando lustre a los zapatos de una </span><i>vedette </i><span style="font-style: normal;">del
Maravillas. En los grandes y mágicos espejos había salones hasta la
angostura del infinito y la perspectiva de las lámparas reflejadas
era una pesadilla surreal.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu9HsBZCFmgzBNVKt82JCJUiTN6z4xa4YNJItHvmcvVgFdjBYym0jdbn722eQCjE2ng1CJDsgDx5vuML8GMBoQCqXikXb6YqpEYMrQDRAtp4P8Krb8AW_vg2pECWH_BpbUBDoucfc6wPpP/s1600/Valle-Incl%C3%A1n+y+Aldecoa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu9HsBZCFmgzBNVKt82JCJUiTN6z4xa4YNJItHvmcvVgFdjBYym0jdbn722eQCjE2ng1CJDsgDx5vuML8GMBoQCqXikXb6YqpEYMrQDRAtp4P8Krb8AW_vg2pECWH_BpbUBDoucfc6wPpP/s1600/Valle-Incl%C3%A1n+y+Aldecoa.jpg" height="215" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Hablando
de Valle-Inclán, tenemos que recordar el anuncio de Lotería del año
pasado. He oído opiniones que consideran que el anuncio de este año
es mucho más representativo de España que el anterior. He de
oponerme a esa idea: la promoción de 2013 intentó ser algo solemne
y emotivo, pero se quedó en una fantochada grotesca. Con ello, los
publicistas, sin pretenderlo, lograron representar a la verdadera
España: el anuncio de Caballé y sus amigos era un puro esperpento.
Esa España grotesca, la de Valle, Goya, Quevedo y parte de Aldecoa,
es la verdad que el poder, tradicionalmente, siempre ha intentado
esconder. Pero, debo matizar, la grandeza del esperpento no está
solamente en la deformación sistemática que hace de España en
la época de Valle. No, la verdadera grandeza del esperpento está en
que, a través de la mezcla de lo trágico y lo absurdo, Valle-Inclán
consiguió dejar constancia del disparate carnavalesco, de fantoches y monigotes, de
todo un país. Después de todo, la deformación sistemática del
esperpento no es una creación total sino un producto de la
imitación, puesto que las obras de Valle son un reflejo de una
realidad que ya es grotesca de por sí —y esa lección la aprendió
muy bien Ignacio Aldecoa—. Por eso el accidente televisivo de hace
un año fue un fiel reflejo de España, pero no de la manera que los
capitostes habían deseado. En definitiva, aquel anunció destapó la
verdad oculta detrás de los mitos falsarios españoles: lo que Max
Estrella llamó, muy acertadamente, la «trágica mojiganga».</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/9PK-netuhHA?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<br />Sergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8683547822439736397.post-86868597297760372782014-10-09T08:48:00.000-07:002014-10-10T01:22:25.164-07:00Cartas de un poeta del Romanticismo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwAlanrjFruCMHa8pd4KX_GRlB3S_jROF6pDrx5tbRvkMF2mbapNUZoABpQtATvz3IDVCjoJ9YixqX1CjYPhduTlOo5_V6Ws2YyUmNVpJSMqngLJpUv0OLHClFCaCibBTa-DQsFjIeouYq/s1600/John_Keats_by_William_Hilton.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwAlanrjFruCMHa8pd4KX_GRlB3S_jROF6pDrx5tbRvkMF2mbapNUZoABpQtATvz3IDVCjoJ9YixqX1CjYPhduTlOo5_V6Ws2YyUmNVpJSMqngLJpUv0OLHClFCaCibBTa-DQsFjIeouYq/s1600/John_Keats_by_William_Hilton.jpg" height="320" width="262" /></a></div>
<br />
<br />
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">I</span></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">Can
death be sleep, when life is but a dream,</span></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">And
scenes of bliss pass as a phantom by?</span></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">The
transient pleasures as a vision seem,</span></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">And
yet we think the greatest pain's to die.</span></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">II</span></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">How
strange it is that man on earth should roam,</span></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">And
lead a life of woe, but not forsake</span></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">His
rugged path; nor dare he view alone</span></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">His
future doom which is but to awake.</span></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">(John
Keats, <i>On Death</i><span style="font-style: normal;">)</span></span></div>
<div align="RIGHT" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">Que
vivimos en una época en la que muchos de los valores positivos del
ser humano se han mercantilizado y desvirtuado en aras de una
deshumanización ignorante, zafia y vulgar es un secreto a voces. Los
discursos vacíos, a los que seguramente me he referido por aquí en
alguna ocasión, enmascaran una nada abrumadora que es la realidad
que para nosotros ha preparado un poder al que se le notan cada vez
más las costuras. El amor, uno de los grandes temas en la historia
de la literatura, es el gran perjudicado; la perversión a la que ha
sido sometido ha dado como resultado una colección de tópicos y
cursilerías empalagosas y sin sentido. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">La
gran defensa cuando alguien acusa a una persona del imperdonable
pecado de la cursilería es el contraataque, acusando al acusador de
no ser romántico. ¡Cuánto daño se ha hecho en nombre del
romanticismo! Llegados a este punto, entran ganas de dar un seminario
sobre la filosofía y la literatura del Romanticismo: Johann
Gottfried Herder dijo, un 17 de mayo de 1769, que su «única
intención es conocer desde más perspectivas el mundo de mi Dios»,
tras lo cual partió en un barco sin tener muy claro qué camino iba
a seguir. Como hay pocas cosas divertidas que hacer en un barco, y
los viajes no debían ser cortos en el siglo XVIII, Herder pudo
entregarse a la práctica de lo que mucho después Unamuno
denominaría, acuñando un genial neologismo, <span style="font-style: normal;">el
</span><i>ensimismamiento</i><span style="font-style: normal;">.
Durante la Ilustración, el principal objetivo de los viajeros era el
contacto con otros hombres, países y culturas; sin embargo, Herder
aprovecha el viaje marítimo para asomarse a su propio interior, y de
ese contacto con su yo íntimo llega a la siguiente reflexión:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">¡En
cuántas esferas hace pensar una nave que fluctúa entre el cielo y
el mar! ¡Aquí todo da al pensamiento alas, movimiento y dimensiones
atmosféricas! ¡El aleteo de la vela, la nave siempre vacilante, las
nubes en lo alto, la inmensidad de la atmósfera infinita! En la
tierra estamos atados a un punto muerto y encerrados en el círculo
estrecho de una situación... ¡Alma mía!, ¿cómo te encontrarás
cuando salgas de este mundo?</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbsylQUTFnCOM6CZyXszZJ2qHuZ3UTn8ro86DvzGgCONaCIhJPWyQQAmam-L2kDfrFwhPHXTu-bbENqplDrvm5yjROYjWia2Z6jUQWfYXUweHMmljk9nD1fzhr8_xMzrekHFoZMpebqVJ6/s1600/Caspar_David_Friedrich_-_Auf_dem_Segler.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbsylQUTFnCOM6CZyXszZJ2qHuZ3UTn8ro86DvzGgCONaCIhJPWyQQAmam-L2kDfrFwhPHXTu-bbENqplDrvm5yjROYjWia2Z6jUQWfYXUweHMmljk9nD1fzhr8_xMzrekHFoZMpebqVJ6/s1600/Caspar_David_Friedrich_-_Auf_dem_Segler.jpg" height="320" width="248" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small;">De ello se extraen dos de las principales
características del Romanticismo: la subjetividad, por un lado, y el
hallazgo de un mundo escondido, inmaterial, por el otro. Al unirse
ambas, llegamos a un sistema de pensamiento que, alejado de la razón
pura, concibe el conocimiento del mundo a través de la emoción
interna, de la contemplación y la reflexión. Como los sentimientos,
subjetivos, a través de los que se pasa lo observado para alcanzar
el conocimiento, son inefables, Herder se pregunta qué palabras ha
de usar para poder expresar las emociones y el mundo de sentimientos
que se esconde tras el mundo material. Con ello, se abre el camino
para lo que será, con los años, el movimiento simbolista.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">El Romanticismo, bien sabido es, llegó a Inglaterra.
Fue en ese periodo donde vivió y murió, casi a la vez, el poeta
John Keats (1795-1821). Su correspondencia, editada en 1994 por la
editorial Juventud, es una muestra de cómo el sentimiento deviene en
herramienta de conocimiento. Sus cartas fueron divididas en dicha
edición en cinco temas, de los cuales cuatro representan sendos
temas principales del movimiento romántico: la naturaleza, la
creación poética, el amor y la muerte.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">Hablaba Keats en una de sus cartas del «contagio
maligno de Londres»; la ciudad moderna se convierte en un lugar
negativo, de barbarie, que obliga al poeta a refugiarse en la
naturaleza, pura e incorrupta, como el Buen Salvaje de Rousseau. En
ella «no existen ni el tiempo ni el espacio, lo que comprobé
claramente al contemplar, al alba, el lago y las montañas de
Winander». Al contemplarla se derriban las barreras de lo material,
pudiendo el artista alcanzar una Verdad suprema, eterna, inmutable,
que antecede a toda creación humana y que sólo unos pocos pueden
alcanzar y comprender: «las dos vistas que hemos gozado de él […]
refinaron nuestra visión sensual convirtiéndola en una especie de
estrella polar que no puede nunca dejar de abrir sus párpados y de
mirar, inmutable, las maravillas del Poder Supremo». La tarea del
poeta ha de ser la de expresar esas maravillas eternas:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;">El espacio, la magnitud de las
montañas y cascadas podemos imaginárnoslo bien antes de haberlos
visto; pero este aspecto o tono intelectual excede a todas las
imaginaciones y desafía a todos los recuerdos. Aprenderé poesía
aquí y desde ahora escribiré más que nunca, impulsado tan sólo
por el cometido abstracto de añadir una pizquita más a esa masa de
belleza que los espíritus selectos cosechan de estos magníficos
materiales al dotarlos de una existencia etérea para recreo de
nuestros semejantes.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjivSb5DV9iPxitSLNVaG6HJEvKUvJWgDkx79mnKyixU6KTWXdrznBdLDXREknjaZOSPJDq0v-iUTAuNJtdFSQrEF0uwMt93bU1bEug2tk4BO5GRBCSIL_Rn6iUOJHHJqWk5zKZvQeuXvIH/s1600/Windermere.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjivSb5DV9iPxitSLNVaG6HJEvKUvJWgDkx79mnKyixU6KTWXdrznBdLDXREknjaZOSPJDq0v-iUTAuNJtdFSQrEF0uwMt93bU1bEug2tk4BO5GRBCSIL_Rn6iUOJHHJqWk5zKZvQeuXvIH/s1600/Windermere.jpg" height="217" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm; page-break-before: auto;">
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm; page-break-before: auto;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small;">Frente a la Razón dieciochesca, Keats aboga por la
contemplación en lugar de la observación, siempre teniendo presente
el sentimiento que permite captar las sensaciones del entorno, la
belleza emotiva del paisaje, y representarlas en los versos. Siendo
las emociones inefables, el poeta tiene que encontrar la palabra
exacta para transmitir la verdad que su sentimiento le ha mostrado y
que sólo él puede comprender. La palabra artificial, la que no
brota del corazón sino del intelecto, no puede engendrar un arte
basado en el sentimiento: «Versos a lo Milton no pueden escribirse
más que cuando uno se siente en vena artificiosa o artística. Yo
quiero entregarme a otras sensaciones […] la belleza es falsa por
proceder del artificio»; sólo sirve aquella poesía «en que habla
la verdadera voz del sentimiento». En una carta de 1818, John Keats
dejó escrita la clave de sus ideales poéticos:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;">En poesía tengo unos cuantos
axiomas, pero ya verás cuán lejos estoy aún de alcanzarlos.
Primero. Creo que la poesía debe sorprender por su magnífica
superabundancia y no por su singularidad. El lector debe ver en ella
la expresión de sus más altos pensamientos; debe aparecérsele casi
como un recuerdo. Segundo. Sus toques de belleza no deben quedar
incompletos dejando al lector sin aliento en vez de satisfecho. Las
imágenes, como el sol, deben nacer, ascender y desaparecer de una
manera natural en el poeta. Deben lucir sobre él y ponerse
sobriamente, aunque con magnificencia, dejándole en las delicias del
crepúsculo. Pero es más fácil pensar cómo debiera ser la poesía
que escribirla, y esto me lleva a otro axioma. Que si la poesía no
llega con la misma naturalidad con que las hojas brotan en los
árboles es mejor que no llegue nunca.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small;">La poesía fue la primera gran pasión de John Keats; la
segunda, que llegó junto a la enfermedad que acabaría con su vida,
nunca antes había interesado a nuestro poeta, quien siempre prefirió
la soledad para reflexionar, admirar la belleza del mundo y componer
sus versos. Hasta que conoció a Fanny Brawne y todo cambió. El amor
obsequió al escritor con un nuevo sentimiento, una nueva pasión,
que nunca había experimentado; de ahí que en una carta dijese a su
amada, al aumentar el amor que por ella sentía, que «aquello que
entonces sentía, ahora no podría escribirlo». El amor de Keats por
Fanny Brawne fue tan elevado que alcanzó tintes religiosos, algo
habitual en la historia de la literatura:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;">Ahora no hay límites para mi
amor. En este momento acaba de llegar tu carta y a pesar de
encontrarme lejos de ti, no podría estar más contento. Es más
preciosa que un bajel lleno de perlas. No me amenaces, aunque sea en
broma. Siempre me he admirado y estremecido de que los hombres
pudieran morir mártires por su religión. Ahora ya no me estremezco,
podría dejarme martirizar por mi religión; el amor es mi religión
y por ella podría morir. Por ti puedo morir. Mi credo es el amor y
tú su único dogma. Me has arrebatado con una fuerza irresistible.
Antes de verte podía resistir, y aun después de haberte visto he
tratado muchas veces de razonar contra las razones de mi amor. Ya no
puedo hacerlo más; el dolor sería demasiado profundo. Mi amor es
egoísta. No puedo respirar sin ti.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDUn8ODcdyOeeebjUztK3d3X72qoGR7dWcob-8W7eXsd6qxcTgSKFHJsJGZ16Ioi1OOy0tlKyO4Uf4LRlZlyWLdXCtMKVoan0I74wlAH4_ArV2JEe3lP7RG-G2e5VKSgglmCBlqrNhs2Ns/s1600/Keats+Brawne.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDUn8ODcdyOeeebjUztK3d3X72qoGR7dWcob-8W7eXsd6qxcTgSKFHJsJGZ16Ioi1OOy0tlKyO4Uf4LRlZlyWLdXCtMKVoan0I74wlAH4_ArV2JEe3lP7RG-G2e5VKSgglmCBlqrNhs2Ns/s1600/Keats+Brawne.jpg" height="180" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm; page-break-before: auto;">
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm; page-break-before: auto;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small;">Por desgracia, como decía antes, la tuberculosis llegó
junto al amor. Durante los pocos años que duró su relación, Keats
hubo de sufrir al darse cuenta de que la enfermedad y la pasión
crecían juntas: «En mis paseos, dos placeres acompañan mis
meditaciones: tu hermosura y la hora de mi muerte». Entró el poeta
en un dilema, un sufrimiento entre la vida y la muerte, la pasión y
la nada, que le hacía desear y temer la muerte al mismo tiempo: «Día
y noche deseo que venga la muerte a librarme de estas penalidades, y
después deseo alejar a esta muerte, que acabaría con estas penas
que son, a pesar de todo, mejor que la nada». Su última
correspondencia está plagada de reflexiones tan abrumadoras y
desgarradoras como esta. La desesperación, al ver próximo el final,
provocó una febril labor poética, siendo consciente de que jamás
podría alcanzar la madurez artística que siempre había deseado.
John Keats, en sus últimos meses de vida, sintió que pertenecía ya
al mundo de los muertos: «Acostumbro sentir que mi vida real ha
transcurrido ya, llevando ahora una existencia póstuma».</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgM3MuCxeX0gT4lgb_rrDofIz7qxCt3QmZDwIknS6HDd1rNaKMUJS4pkJFqZTmrjmoTj6Z_OKjSmg3UVckcU0Q9bwGDsE288Ldo4vDiO6gUA5WvBNcSg9BwhHN2HC8cw1S1i-nCSGA_C8uU/s1600/John+Keats+tumba.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgM3MuCxeX0gT4lgb_rrDofIz7qxCt3QmZDwIknS6HDd1rNaKMUJS4pkJFqZTmrjmoTj6Z_OKjSmg3UVckcU0Q9bwGDsE288Ldo4vDiO6gUA5WvBNcSg9BwhHN2HC8cw1S1i-nCSGA_C8uU/s1600/John+Keats+tumba.jpg" height="227" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm;">
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm;">
<span style="font-size: x-small;">Ediciones manejadas:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0.03cm;">
<br /></div>
<ul>
<li><div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">KEATS, John, <i>Cartas</i>,
Barcelona, Juventud, 1994.</span></div>
</li>
<li><div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">KEATS, John, <i>The Complete
Poems of John Keats</i>, Londres, Wordsworth, 1994.</span></div>
</li>
<li><div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">RUSSELL, Bertrand, <i>Una
història de la filosofia occidental. Filosofia antiga, catòlica i
moderna</i>, Barcelona, Edicions 62, 2010.</span></div>
</li>
<li><div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;">SAFRANSKI, Rüdiger,
<i>Romanticismo. Una odisea del espíritu alemán</i>, Barcelona,
Tusquets, 2012.</span></div>
</li>
</ul>
Sergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8683547822439736397.post-72046370120778524972014-09-26T09:23:00.000-07:002014-09-26T09:23:30.521-07:00Pepe Rubianes, poeta<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqakIxdA7GMDbc2-thyE0x9SjYBlW3hpCN07afcHEFl-QVOvQwnEvDWKSTCxHpom3xDK3WFjrfdNzH3pa0fWSqKkZXef4V3OPNcqei-TaPspe8U61mwbwjkuCXo1EM5fN5WmwN4GRaO6VY/s1600/Pepe+Rubianes+Despu%C3%A9s+de+despedirme.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqakIxdA7GMDbc2-thyE0x9SjYBlW3hpCN07afcHEFl-QVOvQwnEvDWKSTCxHpom3xDK3WFjrfdNzH3pa0fWSqKkZXef4V3OPNcqei-TaPspe8U61mwbwjkuCXo1EM5fN5WmwN4GRaO6VY/s1600/Pepe+Rubianes+Despu%C3%A9s+de+despedirme.jpg" height="320" width="208" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">A lo
largo de la historia han existido y, pese al devenir oscuro del
mundo, siguen existiendo hombres que han poseído el don de una
sensibilidad especial; sensibilidad para percibir las características
escondidas de un mundo que no se puede captar con los sentidos,
alejado de todo materialismo, de toda mezquindad. Una sensibilidad
para no dejarse engañar, para captar la emoción exacta y dejar
constancia de ella. Para formar parte de una poesía vital que tiende
a incomodar a aquellos que, desde la altura del poder, se ponen
nerviosos cuando la oveja es consciente del lugar que ocupa y, aunque
no escape, se cuestiona su propia existencia. El actor Pepe Rubianes,
qué duda cabe, fue uno de esos hombres.</span></div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">Porque
aunque Pepe Rubianes nos haya dejado la sonrisa, la sátira y la
parodia, el taco y la deformación valleinclaniana, fue siempre un
poeta. Recoge la editorial Alrevés, en el quinto aniversario de su
muerte, una serie de escritos del fallecido actor bajo el título
<i>Después de despedirme</i><span style="font-style: normal;">,
prologado y editado por Josep Forment. De entrada, un aviso: «Aclaro,
en primer lugar, que no soy escritor, aunque me encanta escribir. Es
una de las pasiones de mi vida». Y es que, aunque pueda parecer una
ingenuidad romántica en estos tiempos de desasosiego que vivimos,
¿qué sentido tiene la vida sin la inefable emoción del arte?
Cuando Bill Cosby entrevistó a Groucho Marx en 1973, le preguntó si
creía en la vida después de la muerte, y el eterno cómico
respondió que tenía serias dudas sobre la vida antes de la muerte,
a lo que añadió que creía (él y todos cuantos estaban viendo el
programa) en la muerte durante la vida. Y es que vivir sin una
emoción verdadera no es realmente vivir. El arte, sea por los
sentimientos, sea por los rompecabezas (levanto la mano ante esta
afirmación) o sea por obstinación, por llevar la contraria en estos
años rancios, es vida. Por eso decía Rubianes que «en estos
tiempos que corren, qué quieren que les diga, me quedo con Machado,
Lorca, Cernuda, Ferrater y Neruda, con la poesía siempre, aunque sea
para darle por el culo a todos esos».</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/1EDUvnFY7bk?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">La
selección de textos que encontramos en </span><i>Después de
despedirme </i><span style="font-style: normal;">es muy acertada: por
un lado y en primer lugar, tenemos al Pepe Rubianes más conocido, al
mordaz desmitificador de una época dominada por el qué dirán y por
lo políticamente correcto, que suele ser sinónimo de «no me
critiques, no vaya a ser que tengas razón y alguien te oiga».
Cuánta falta hacen desmitificadores como Rubianes ahora, en esta era
de mitos, para intentar derrumbar el muro falsario tras el que
esconden la nada en la que han convertido nuestras vidas. Todo
aquello que tuviese el tufo rancio de lo mezquino era objetivo de la
sátira de Rubianes. Por ejemplo, el fútbol; así describió al,
antaño, entrenador del Barça, Van Gaal:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Es
que tienen un entrenador, no me jodas, ¿de dónde lo han sacado?,
¿de qué parque zoológico han sacado a ese primate oligofrénico de
ribetes fascistas? ¡Ya no quedan especímenes así en la Humanidad!
¿Han visto qué cara?, ¿se imaginan a ese tío follando? ¡Qué
fuerteee...! Se ve que el tipo este se llama Van Gogh. Este fulano
pintaba de joven, pero no vendía ni un puto cuadro, entró en una
depresión y se arrancó la oreja... Ahora tiene unos sobrinos que
han montado un conjunto que se llama La oreja de Van Gogh.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Sobre las victorias del
equipo, ésta es su opinión:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">En
fin, que ganen lo que tengan que ganar, que pierdan lo que tengan que
perder, a mí me da exactamente igual tales hazañas. Ya ves tú la
preocupación que me causa si ganan o pierden. Además, cada vez que
ganan algo fuerte lo vienen a celebrar aquí, enfrente, en Canaletas.
Montan un cipote de tres pares de cojones. Una vez, a la salida del
teatro había tal mogollón de bandería y gritos histéricos que
pensé que había estallado algún tipo de revolución universal.
Propuse a voz en grito comenzar a hacer barricadas y armarnos hasta
los dientes con una posterior toma de cuarteles. Y se me acerca un
gordo con cara de primate oligofrénico, gritándome: «¡Hemos
ganado, hemos ganado...!». Le espeté: «¡Con esa barriga has
ganado, mamón...!». Más tarde, me rodearon un grupo de jóvenes al
grito de: «¡Barça, Barça, Barça...!». Les contesté: «¡Leed
un libro, mamones, que eso no perjudica a nadie!». La palabra
«libro» les sonó igual que si les hubiese mentado a la madre. Uno
puso el grito en el cielo: «¡Es del Madrid...!». ¡Como si el
Madrid fuese la Bibloteca Central!</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: -0.03cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Nuestro querido amigo
Ánsar también tiene cabida en los textos de Rubianes: «tan bajo ha
caído este país, que hemos llegado a tener un gobierno de una
mediocridad impresentable y a un presidente de dicho gobierno más
impresentable todavía». Rubianes siempre atacó a la España más
cerrada y rancia, la del sudor seco, la del puro facherío: «le sale
el fascista redomado que lleva dentro y la caga soberanamente en todo
lo que toca». Y, claro está, alguien que consideraba a don Ramón
María del Valle-Inclán su maestro tenía que hacer de aquel
fantoche de las Españas una descripción de este calibre:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: -0.03cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">No
hay solución para esa fealdad. A veces, ser feo es hermoso (piensen
en Quasimodo o Cyrano), y se es hermoso porque hay una gran alma que
arropa a una carne que en el fondo es lo que menos importancia tiene.
¡Pero a este hombre el «arrope» le está resultando horrible! ¿Se
imaginan «lo que debe de haber» tras ese bigote desvaído, bigote
de monigote; tras esa boca semioculta de mentón reducido; y esa faz
mal ajustada apuntalada por una raya de peinado antiguo de
</span><i>pijohortera</i><span style="font-style: normal;">? ¿Se
imaginan la mala leche que hay tras ese muro de castellano rancio y
reaccionario?</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Frente al
desmitificador, el hombre sensible. El poeta que dejó versos como el
de este poema, titulado «Borracho»:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Borracho
como una fiera.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Como
un viento desatado vomito por las aceras.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">El
ron, magnífico,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">golpea
con puño blanco</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">mi
cabeza.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Y
caigo al suelo mirando</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">allá
en lo alto de una estrella</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">que
ríe y me sonríe</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">mi
tremenda vela tuerta.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Algo
me araña dentro,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">me
desea, me sufre, me castiga,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">me
da voces infinitas</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">con
duro sabor a piedra,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">y
cava profundos pozos</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">donde
todo mi ser se estrella.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Os
lo juro, amigos,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">no
puedo con mi borrachera.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">No
puedo con mi borrachera.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Te
busco, amor,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">intentando
asirme,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">aunque
tú ya no me quieras.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Te
busco girando los brazos</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">como
dos aspas fieras.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Tú
no estás nunca, nunca,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">aunque
yo sí te quiera.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Y
doblado en un nudo de anhelos,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">tropezando
por las calles viejas,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">me
alejo tambaleante</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">casi
sin luz y sin nadie cerca.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">O este otro, «Eres»,
en el que me parece ver ciertas pinceladas de Salinas:</span></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Eres
todo silencio sutil y oscuro</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">y
te habla la noche y te habla lo inerte.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Mis
manos, mis ojos, van hacia tu cuerpo</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">luz
de mis noches y de mis horas perdidas.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Estoy
ante ti: la tarde se aleja, se infla el silencio.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Se
aleja y me abraza un deseo.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Se
aleja, me llega tu vida.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Estoy
ante ti, estoy en mi sueño</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">voy
a tu abrazo, te deseo, te vibro.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Sólo
tu mirada, tu mirada encendida</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">tus
manos en mí, en ti, en un fuerte abrazo sin tiempo.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Todo
a lo lejos es una tremenda noche infinita.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Todo
muy cerca: el fuego que se oculta</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">entre
dos cuerpos.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Y gritos desgarradores
de soledad existencial, con algunos versos que recuerdan al Lorca de
</span><i>Poeta en Nueva York</i><span style="font-style: normal;">:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Qué
solo estoy.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Qué
vacío desolador.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Qué
inmenso silencio.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Me
rindo.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Voy
hacia una luz de pies intactos</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">hacia
un instante de páramos inermes</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">hacia
ese ojo que brilla</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">sobre
el lomo del viejo caballo,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">hacia
la vena verde</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">donde
baila la noche</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">su
ritmo de dientes sodomizados.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">No
vale la pena ni una lágrima</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">ni
una sonrisa</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">ni
un «hasta luego».</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">No
quiero ver más</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">esa
mejilla llena de cangrejos,</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">ni
esa mano abanicando</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">horizontes
musculados</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">ni
la ira de los tobillos al atardecer.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">No
encontré el mediodía perfecto.</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">¡Qué
más da!</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: x-small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Me
rindo.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAoAnILef81W-PMaRFcmgi6gZVoahwVJTchHWaP4n757izAluBKRv9M8-UeXQ_ri7vFgLfw6-55lragqOvGYtpuXFUvQFQEHb6zJmHT9KU_yqDwUZOyzpvutorweBcFbWIobNMpbn1_SGp/s1600/Pepe+Rubianes.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAoAnILef81W-PMaRFcmgi6gZVoahwVJTchHWaP4n757izAluBKRv9M8-UeXQ_ri7vFgLfw6-55lragqOvGYtpuXFUvQFQEHb6zJmHT9KU_yqDwUZOyzpvutorweBcFbWIobNMpbn1_SGp/s1600/Pepe+Rubianes.jpg" height="235" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Pepe
Rubianes, </span><i>Después de despedirme. Pepe Rubianes inédito</i><span style="font-style: normal;">,
Barcelona, Alrevés, 2014.</span></span></div>
<br />Sergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8683547822439736397.post-3744899250828333092014-08-07T04:58:00.002-07:002014-08-11T02:54:42.551-07:00Tartufo en el baile de máscaras<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkdxLK7C1QuQ0IgVYWgy6bAs19rz0M_2VNCdMqlHwrAnRKxL7SI7NEbU4-b7lXqMpSaj3Z8eL6Fqw8t6zLzEDEZhjUPKBRYSDCp3VJguKoaBB8V-sQQ-RY0pc7gHJHhbMgIdYbXLwaEZwY/s1600/Tartuffe.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkdxLK7C1QuQ0IgVYWgy6bAs19rz0M_2VNCdMqlHwrAnRKxL7SI7NEbU4-b7lXqMpSaj3Z8eL6Fqw8t6zLzEDEZhjUPKBRYSDCp3VJguKoaBB8V-sQQ-RY0pc7gHJHhbMgIdYbXLwaEZwY/s1600/Tartuffe.jpg" height="320" width="196" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">La
vida, caótica, azarosa, aleatoria, está mal montada. Mal
planificada. Al inepto que deambula por ella, sin sueños y sin
vocaciones, todo le parece sencillo; a los más inteligentes y
sabios, de experiencia más que de conocimientos, es decir, de
sensibilidad más que de mecánica memorización de las cosas, a ser
posible, la vida les plantea dudas. Existenciales, pragmáticas,
funcionales. La vida es un relato de Joyce en el que las epifanías
llegan tarde y mal. Lo que, a efectos prácticos, es lo mismo.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">Las
relaciones humanas, qué duda cabe, son uno de los grandes enigmas de
la vida. Cuando una persona que busca resolver rompecabezas para
vencer al aburrimiento de la vida, que analiza desde la lucidez de su
inteligencia el entorno, es consciente de que la mayoría de
relaciones se basan en las apariencias, las mentiras y los
fingimientos, esto es, la hipocresía y la mendacidad, no puede, por
consiguiente, dejar de plantearse constantemente de quién puede
fiarse. Si añadimos a esto los escrúpulos a la hora de aparentar,
mentir y fingir, es decir, la ausencia de hipocresía, esa persona va
a tender al aislamiento y la reclusión. Y el ser humano, no tan
caótico y variable como parece, y, sin duda, sin tanto libre
albedrío (como ya señaló en su momento Bertrand Russell), tiene
algunas constantes. Una de ellas es que, de una forma o de otra, en
un momento u otro, todo el mundo miente.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">No
engaño a nadie si afirmo que mi dedicación a la literatura y la
filosofía se debe a mi pasión por resolver rompecabezas (el <i>taedium
vitae</i><span style="font-style: normal;">, ya se sabe). Holmes tenía
los crímenes, House la medicina y yo los libros. Salvando las
distancias, claro. Por eso soy tan heterodoxo en mi proceder.
Irreverente, que han dicho algunos. Brillante, que han dicho los
menos. Lo que sea: mi interés ronda casi siempre en torno a los
puzzles mentales y a la búsqueda de respuestas para todos esos
pesares existenciales (respuestas que, por cierto, nunca llegan).
Para hacer de la vida un lugar menos tedioso, menos miserable. Y como
últimamente me ha rondado mucho por la cabeza la idea de las
relaciones humanas, y las apariencias, y las máscaras, he acudido a
la gran obra sobre el tema: el </span><i>Tartufo </i><span style="font-style: normal;">de
Molière.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">Fue
el Barroco una época de desconfianza de la realidad; el mundo, un
teatro donde los seres humanos, actores todos ellos, actuaban,
portando una máscara. En España, los conceptos de honor y honra
obligaban a los seres a aparentar constantemente ante los demás; de
hecho, el enorme florecimiento artístico de esta época responde, al
menos en parte, a la crisis que aquí se vivía: que el gran imperio
del mundo se viniese abajo había que encubrirlo de alguna forma, y
el poder de la época se encargó de potenciar las artes para crear
una fachada bonita para los de fuera. Molière, queriendo retratar a
un tipo común de la Francia del </span><span style="font-size: small; font-style: normal;">XVII</span><span style="font-size: small; font-style: normal;">,
el falso devoto, logró un enfoque universalista en el que englobó a
todos los hipócritas de todos los tiempos: desde el estreno de la
obra, tras las vicisitudes y los roces con la censura, se ha
designado a los hipócritas con el nombre de </span><span style="font-size: small;"><i>Tartufo</i><span style="font-style: normal;">.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYQQXBdISvnmMw12VmsW_4WYoDIIFUtcxYsSSThWXeQFojhj933dAmzKZ_1KAZ32TAzcVxQTiwMsJzksM1RFr5y-2g5UlzVwrUORI9XPokoLNYtYSZcIksZahL4xEo2Tdue7ZTRTXiLlDm/s1600/Moliere2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYQQXBdISvnmMw12VmsW_4WYoDIIFUtcxYsSSThWXeQFojhj933dAmzKZ_1KAZ32TAzcVxQTiwMsJzksM1RFr5y-2g5UlzVwrUORI9XPokoLNYtYSZcIksZahL4xEo2Tdue7ZTRTXiLlDm/s1600/Moliere2.jpg" height="320" width="259" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">No
olvidemos que </span><span style="font-size: small;"><i>Tartufo </i><span style="font-style: normal;">es
una farsa, o sea, una comedia en la que el autor hace patentes
ciertos vicios y faltas de la sociedad de su tiempo. En una de las
súplicas al rey Luis XIV que Molière escribió, demuestra su
voluntad de crítica y corrección de esos defectos sociales,
acudiendo, además, al horaciano tópico del </span><i>prodesse et
delectare </i><span style="font-style: normal;">(recordemos que en
esta época comienzan a ser importantes en Francia las tertulias
literarias):</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small; font-style: normal;">Siendo
como es el deber de la comedia corregir a los hombres al mismo tiempo
que los divierte, pensé, dado mi oficio, que nada mejor podía hacer
que atacar, ridiculizándolos, los vicios de mi siglo, y como es la
hipocresía, sin duda, uno de los más frecuentes, molestos y
peligrosos, se me ocurrió pensar, Señor, que podría prestar un
gran servicio a todas las personas honradas de vuestro reino
escribiendo una comedia que criticara a los hipócritas y que
mostrara al desnudo, como es menester, todos los gestos estudiados de
esos hombres de bien a ultranza, toda la falta de probidad encubierta
de esos fabricantes de falsa devoción, que quieren engañar a las
gentes con fingida devoción y falsa caridad.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">Tartufo está
magistralmente retratado. La descripción que hace Orgón del momento
en que lo conoció va más allá de lo cómico y lo satírico y se
convierte en un ataque que ha escocido a multitud de personas a lo
largo de los años:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small; font-style: normal;">Orgón</span><span style="font-size: x-small; font-style: normal;">.—¡Ah!
Si hubierais visto cómo le conocí, sentiríais por él el mismo
afecto que yo le tengo. A diario venía a la iglesia, con su porte
sosegado, a postrarse cerca de mí. Todas las miradas se iban tras
él, pues tal era la unción con que al cielo elevaba sus plegarias:
daba grandes ayes y suspiros y besaba humildemente el suelo sin
cesar. Cuando yo iba a salir, al punto se me adelantaba para darme el
agua bendita. Enterado por su criado, que en todo lo imitaba, de qué
clase de hombre era y del estado de indigencia en que se hallaba,
empecé a hacerle algunos regalillos. Mas él, con suma
consideración, se empeñaba siempre en devolverme una parte de los
mismos: «Es demasiado; sobra con la mitad; no merezco vuestra
compasión». Cuando yo me negaba a tomarlos, ante mis propios ojos
se ponía a repartirlos entre los pobres. Por fin quiso el Cielo que
lo recogiera en mi casa. De entonces acá todo parece prosperar en
ella. Veo que cuida de todo y que por mi propia mujer se toma,
mirando a mi decoro, un extremado interés; me advierte de la gente
que la corteja..., que mil veces más celoso que yo se muestra.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">Cleanto, hermano de
Orgón, actuando como vocero de Molière da la clave de la crítica
en la obra:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small; font-style: normal;">Cleanto</span><span style="font-size: x-small; font-style: normal;">.—[…]
Pretenden que todos seamos ciegos como ellos: Es impiedad tener buena
vista. […] No nos engañarán esos hipocritones vuestros. Hay
santurrones como hay bravucones. Y del mismo modo que no vemos que en
el campo del honor los verdaderos bravos sean los que meten mucho
ruido, las buenas y verdaderas personas piadosas, cuyo ejemplo
debemos seguir, no son tampoco las que hacen tanta alharaca. ¿Acaso
no haréis distinción entre hipocresía y devoción? ¿Pretendéis
tratar con los mismos términos y honrar lo mismo a la máscara que
al rostro? ¿Igualar artificio con sinceridad, confundir apariencia
con verdad, estimar al fantasma tanto como a la persona, a la falsa
moneda tanto como a la buena? Los hombres en su mayoría están
hechos de extraña manera. Con arreglo a lo que es el estricto orden
natural no se les ve actuar jamás: la razón es para ellos algo
demasiado estrecho, así que siempre acaban saliéndose de sus
límites. La más noble cosa la echan a perder con frecuencia por
pretender exagerarla y llevarla demasiado lejos […] no veo nada más
odioso que el disfraz de una falsa piedad, nada más odioso que esos
charlatanes, que esos devotos de plaza cuyo sacrílego y falaz
fingimiento engaña impunemente y hace burlas a placer de cuanto los
mortales tienen por más santo y más sagrado.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">La
obra, por tradición, ha sido duramente criticada por todos aquellos
que se han visto retratados en ella. En España, por ejemplo, no ha
sido una obra con gran presencia en las tablas. No es de extrañar
tratándose de un país de fingimientos, apariencias y negra
honrilla. Si no, que se lo digan a los esperpentos de Valle-Inclán,
que, casi un siglo después, siguen tocando ciertas teclas molestas.
El problema de Molière, como el de todos los que sacan a relucir los
defectos de las personas en lo tocante a su apariencia y las mentiras
con las que construyen su máscara, es que se mete de lleno con una
verdad que los «hipocritones» han construido, y al señalar la
falsedad de su persona, hacen que todo el sistema se tambalee. Se
pueden criticar muchos defectos a alguien y todos los perdonará;
demuestra su hipocresía y montará en cólera ante tal ofensa.
Después, el hipócrita intentará borrarte de su presencia como la
amenaza que eres, no sin antes atacar a tu persona, intentando
denigrarte, para, restándote importancia y ninguneándote, poder
invalidar tu critica. Sobre ello se pronunció el autor del </span><span style="font-size: small;"><i>Tartufo
</i><span style="font-style: normal;">en el
prefacio de la obra:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small; font-style: normal;">Ocho
días después de que hubiera sido prohibida, se representó ante la
Corte una obra titulada </span><span style="font-size: x-small;"><i>Scaramouche el ermitaño </i><span style="font-style: normal;">y
el Rey, al salir, dijo al Gran Príncipe en cuestión: «Me gustaría
saber por qué la gente que tanto se escandaliza con la comedia de
Molière no dice nada de la de Scaramouche». A lo que contestó el
Príncipe: «La razón de ello es que la comedia de Scaramouche hace
burlas del Cielo y de la religión, que nada importan a esos señores;
mas la de Molière se mete con ellos mismos, y eso es lo que no
pueden sufrir».</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">Al leer la obra de
Jean-Baptiste Poquelin, alias Molière, recordé, a la fuerza, uno de
mis textos favoritos de Friedrich Nietzsche, </span><span style="font-size: small;"><i>Sobre verdad y
mentira en sentido extramoral</i><span style="font-style: normal;">,
al que suelo acudir de vez en cuando, en momentos de aguda
misantropía, para conversar con él. En este texto, el por entonces
joven Nietzsche define la verdad como una mentira colectiva, que ya
es ponerse a adelantar acontecimientos de nuestra querida y sucia
posmodernidad, y añade que es fruto del intelecto humano, que busca
defenderse existencialmente, creando una barrera protectora:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: x-small; font-style: normal;">El
intelecto, como medio de conservación del individuo, desarrolla sus
fuerzas principales fingiendo, puesto que éste es el recurso merced
al cual sobreviven los individuos débiles y poco robustos, aquellos
a quienes les ha sido negado servirse, en la lucha por la existencia,
de cuernos o de la afilada dentadura del animal de rapiña. En los
hombres alcanza su punto culminante este arte de fingir; aquí el
engaño, la adulación, la mentira y el fraude, la murmuración, la
farsa, el vivir del brillo ajeno, el enmascaramiento, el
convencionalismo encubridor, la escenificación ante los demás y
ante uno mismo, en una palabra, el revoloteo incesante alrededor de
la llama de la vanidad es hasta tal punto regla y ley, que apenas hay
nada tan inconcebible como el hecho de que haya podido surgir entre
los hombres una inclinación sincera y pura hacia la verdad.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVcT_cy4uSMV1wc_Xj5T2aLoV97znnaIGuTCkl1p-c3JiHTncFmf4kQBSHMb6l18jTsXkiudgeyJ8aKE0vY7fNTvyu8DuHbLz3NFKE9Y5ogKJ_rq8QX0DLvqxtJoiKImz3lmlETho5L0Iu/s1600/Nietzsche_1561170c.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVcT_cy4uSMV1wc_Xj5T2aLoV97znnaIGuTCkl1p-c3JiHTncFmf4kQBSHMb6l18jTsXkiudgeyJ8aKE0vY7fNTvyu8DuHbLz3NFKE9Y5ogKJ_rq8QX0DLvqxtJoiKImz3lmlETho5L0Iu/s1600/Nietzsche_1561170c.jpg" height="200" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm; page-break-before: auto;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.51cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">En fin. O sea. Anoche
volví a verme la adaptación del </span><span style="font-size: small;"><i>Tartufo </i><span style="font-style: normal;">que
Murnau hizo en 1925, titulada </span><i>Herr Tartüff</i><span style="font-style: normal;">.
Es una de sus películas menores, aunque siga siendo, eso sí, un
gran ejemplo de la maestría del cine expresionista alemán (y como
ahora estoy estudiando los esperpentos de Valle-Inclán, muy
relacionados con este tipo de cine...). Tiene la película un juego
de planos muy interesante: la obra de Molière aquí adaptada es una
película dentro de una película. En la historia marco, un joven
actor, desheredado por su abuelo debido a su oficio, intenta destapar
la hipocresía de la sirvienta, que ha convencido al abuelo, al que
envenena poco a poco, para que le legue todos sus bienes. El actor,
disfrazándose, acude a la casa de su abuelo para proyectar la
adaptación cinematográfica de </span><i>Tartufo</i><span style="font-style: normal;">.
Para Murnau, el cine debía incluir mensajes morales, y la obra de
Molière encaja perfectamente en sus propósitos. El joven actor,
denigrado por su abuelo precisamente por dedicarse al cine, utiliza
el cine para hacer llegar a su abuelo la verdad. Lo más interesante,
y no olvidemos que estamos en 1925, es que Murnau incluye un tercer
plano narrativo al colocar, como marco del marco, es decir, al
principio y al final de la película, textos en los que se dirige al
espectador. Así, la estructura del filme sería </span><i>Mensaje
moral </i><span style="font-style: normal;">→ </span><i>Historia
marco </i><span style="font-style: normal;">→ </span><i>Tartufo </i><span style="font-style: normal;">→
</span><i>Conclusión de la historia marco </i><span style="font-style: normal;">→
</span><i>Mensaje moral final</i><span style="font-style: normal;">.
Con esos mensajes, Murnau nos avisa a nosotros, los espectadores, de
que también podemos ser víctimas de los hipócritas; nadie está a
salvo: </span><i>Vielfach ist die Zahl der Heuchler auf Erden!
Vielfach die Maske, unter denen sie uns begegnen-! Oft sitzen sie
neben uns und wir wissen es nicht...! Und deshalb Du – weißst Du
denn – wer neben Dir sitzt??? </i><span style="font-style: normal;">(«¡Grande
es el número de hipócritas en el mundo! ¡Numerosas las máscaras
con las que se nos muestran! ¡A menudo se sientan a nuestro lado sin
que lo sepamos! ¿Y tú...? ¿Sabes tú... quién se sienta a tu
lado?»).</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; page-break-before: auto;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSz1r_Gz8CzRC5w7UcMBD3SSl3CKz1-zDmL5umhodQn84copkYel_3Ewoyrd3DRnaHU1zffLakn7p4WnbdwX0CBvzI2PQsDwoLruitmDrDNW9JIja2fHxAnRomjnQWM5svN3cU3exokmlR/s1600/bscap0011.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSz1r_Gz8CzRC5w7UcMBD3SSl3CKz1-zDmL5umhodQn84copkYel_3Ewoyrd3DRnaHU1zffLakn7p4WnbdwX0CBvzI2PQsDwoLruitmDrDNW9JIja2fHxAnRomjnQWM5svN3cU3exokmlR/s1600/bscap0011.jpg" height="244" width="320" /></a></div>
<br />
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">La
estética expresionista, deformada, desequilibrada, grotesca, que
tanto recuerda a los grabados de Goya, y que tan parecida es a los
esperpentos valleinclanescos, resulta perfecta para retratar lo
venenoso de la hipocresía en esta pequeña joya de F.W. Murnau. Emil
Jannings es un Tartufo genial: la jeta buchona, la cueva de la boca
oscura y repulsiva, un ojo más cerrado que el otro. Su influencia
sobre el incauto Orgón la representa el director en un par de planos
muy inteligentes en los que nos muestra al engañado marido bajo una
deformación que lo iguala al falso devoto que se aprovecha de él.
En una primera ocasión, Elmira, eposa de Orgón, contempla un
retrato de su marido y sobre él derrama una lágrima que, al ir
resbalando, mostrará una imagen deformada del personaje; más
grotesco aún es el reflejo de Orgón sobre una cafetera cuando éste,
escondido tras unas cortinas a petición de Elmira, intenta descubrir
la hipocresía de Tartufo. Las mentiras del falso devoto, en
definitiva, han logrado que la pareja acabe fingiendo, entrando en el
juego de la hipocresía que Elmira pretende vencer, igual que el
joven actor ha de disfrazarse para destapar el engaño de la
sirvienta de su abuelo. Del baile de máscaras, nadie puede escapar.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfVgWtjBiZJJ_V6oNQ-p58K9mW9xiGK_9kYNnA7yQzEVJJY_lKyNxAxyZ46ExczlKob196RgXoM_yfvnqqP-JERJZFDawCa7gtmXxyj6TPV61mBS60EfN1NsO1P4uTEuVYdXsy3r79avUc/s1600/Tartuff.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfVgWtjBiZJJ_V6oNQ-p58K9mW9xiGK_9kYNnA7yQzEVJJY_lKyNxAxyZ46ExczlKob196RgXoM_yfvnqqP-JERJZFDawCa7gtmXxyj6TPV61mBS60EfN1NsO1P4uTEuVYdXsy3r79avUc/s1600/Tartuff.jpg" height="320" width="209" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small; font-style: normal;">Ediciones
manejadas:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<ul><span style="font-size: x-small;">
</span>
<li><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small; font-style: normal;">Molière</span><span style="font-size: x-small; font-style: normal;">,
</span><span style="font-size: x-small;"><i>Tartufo</i><span style="font-style: normal;">. Edición de
Encarnación García Fernández y Eduardo J. Fernández Montes.
Traducción de Encarnación García Fernández y Eduardo J.
Fernández Montes, Madrid, Cátedra, 1994.</span></span></div>
</li>
<span style="font-size: x-small;">
</span>
<li><div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small; font-style: normal;">Nietzsche</span><span style="font-size: x-small; font-style: normal;">,
Friedrich, </span><span style="font-size: x-small;"><i>Sobre verdad y mentira en sentido extramoral y
otros fragmentos de filosofía del conocimiento</i><span style="font-style: normal;">.
Edición preparada por Manuel Garrido, Madrid, Tecnos, 2012.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/18XXBDwVQMw?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
</li>
</ul>
<br />Sergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8683547822439736397.post-9982970036541819962014-07-06T19:53:00.000-07:002014-07-06T11:30:52.283-07:00Crónica de una generación estafada (esperpento), primera parte<div align="CENTER" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
I<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
</div>
<div align="CENTER" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGMoUXfE_CJ-Teg5VAR4ECVq6HTuSEYSWZADCfwVEVVygYRsXLg3j_TbCYziPKnm7Un6nhYdR-7p6v0cCuYM7D8FD3DQ1yqQHubxQxM03rIJ7iQv8WmOsEp6svZZknVD4TZX4w8Mup0wAo/s1600/Si_sabra_m%C3%A1s_el_disc%C3%ADpulo+.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGMoUXfE_CJ-Teg5VAR4ECVq6HTuSEYSWZADCfwVEVVygYRsXLg3j_TbCYziPKnm7Un6nhYdR-7p6v0cCuYM7D8FD3DQ1yqQHubxQxM03rIJ7iQv8WmOsEp6svZZknVD4TZX4w8Mup0wAo/s1600/Si_sabra_m%C3%A1s_el_disc%C3%ADpulo+.jpg" height="320" width="222" /></a></div>
<br />
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
El
café de la Maritornes, clandestino, oscuro, melancólico, acoge a
la chusma del arte perdulario. Noche profunda. Brumas de alcohol barato.
Tortilla de ayer. Bultos aburridos en la barra de zinc. De fondo, una
televisión escupe injurias desde la altura de su púlpito. Gregorio
Casa, escritor sin obra, contempla el fondo de la botella. Una mesa
en el rincón: los jóvenes artistas interpretan la sesuda función
de su tertulia saturnal y vespertina. Existenciales y sublimes, los
cuatro gatos de la posmodernidad realizan aspavientos de actor
sobreactuado venido a menos. Juan Padilla, Marcos Muxía, Núñez
Vaca y Lope Dante se enfrentan a la nada a golpe de retórica.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Los
buenos tiempos pasaron.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Dichosa
edad y dichosos siglos aquellos...</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Hay
que matar al de la Mancha. Obsoleto queda.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—De
fuera. Los aires nuevos vienen de fuera.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Me
viene a la mente lo que decía Borges...</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Y
Bolaño su profeta.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Debemos
renovar el arte. Todo es demasiado viejo.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Gregorio
Casa no los soporta. Gregorio Casa, el gesto alcohólico, los ojos
encendidos, la cojera torpona, busca llenar el vacío. Continúan su
arenga los cuatro gatos. Pellizcos de tabaco sobre la mesa. Los
cuatro eruditos se bambolean hacia el exterior. Figuras de humo a
través de la ventana. Gregorio Casa pide otra cerveza. Su cerebro,
todavía despierto, se pierde en incómodas cábalas intelectuales.
Junto a él, en una mesa cercana, el viejo Barbas de Chivo escribe en
un cuaderno. Gregorio Casa se arranca:</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—¿Qué
escribe esta noche, Barbas de Chivo?</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
El
viejo dios, altanero y esquivo, rumia el discurso:</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—La
tragedia de España.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Hipido
cervecil de Gregorio Casa:</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—En
ella nos hallamos.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Fulgura
por instantes el cobre de los ojos de Barbas de Chivo. La frialdad de
su escultura destella sabiduría.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Y
yo la expreso.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Usted
puede. Nosotros, los jóvenes, estamos perdidos. A nosotros, los
jóvenes, nos han arrebatado todo. ¡Somos artistas sin cultura! Todo
tiene precio. La escritura tiene precio. Los lienzos tienen precio.
Los propios artistas tienen precio. Ya no tiene sentido crear.
¡Estamos destinados al fracaso antes de intentarlo!</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Puestos
a fracasar, mejor sería intentarlo y fracasar que fracasar sin más.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—¿Y
con qué herramientas? Ninguna nos queda. Sólo tiene que escuchar a
los eruditos a la violeta del café: sin tener ni zorra idea de nada,
se pintan a sí mismos como el albatros de Baudelaire. Pero su lengua
no dice nada.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Los
idiomas nos hacen y nosotros hemos de deshacerlos. Hay que cavar la
cueva donde enterrar esa hueca y pomposa lengua.</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Vuelven
los cuatro gatos. Lope Dante, sabio trasnochado —mocasines, polo
pijo, americana con coderas—, pasea su mirada de mochuelo por el
café. Con la seguridad del que espera ser aplaudido, comienza su
discurso, el hablar lento y monótono debatiéndose entre la
viscosidad mayestática y la comicidad del ventrílocuo:</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Todos
ustedes tienen claro el enorme compromiso que los intelectuales
tenemos para con la humanidad: somos salvadores de la inteligencia
universal. En la intrincada existencia posmoderna, nuestro deber, el
mío y el de ustedes, es liderar a los seres desdichados y
conducirlos con mano firme, con mano sólida, sin temor, de las
tinieblas hacia la luz, extirpándolos del cáncer social que es la
ignorancia. ¡Nuestro deber, señores! ¡Nuestro deber! Como
laureados intelectuales que somos, el bien moral depende, en última
instancia, de nosotros. Inequívocamente digo esto. ¡Inequívocamente,
señores! ¡Inequívocamente!</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Gregorio
Casa dirige su mirada azul y lupina al viejo Barbas de Chivo. El dios
antiguo vuelve a la carga:</div>
<div align="JUSTIFY" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
—Cava
la cueva, joven. Ésta es la tragedia de España.</div>
Sergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8683547822439736397.post-17882800368463738722014-06-28T10:34:00.000-07:002014-06-28T02:49:09.352-07:00Aire de Vila-Matas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp5J6kYsUh7XPwCZT-HO3l7IHJND978C3uKQ0dYz2Eo7DB9fX422QsVP6_P6XBVF3OlvzK0p2RZIxOUJZ9BXjSqac8fsKfeB05qqyXLgoQ1zCg0W8pYgfupGueHdNvHE_b_rhEvpjJt17a/s1600/AiredeDylan693.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp5J6kYsUh7XPwCZT-HO3l7IHJND978C3uKQ0dYz2Eo7DB9fX422QsVP6_P6XBVF3OlvzK0p2RZIxOUJZ9BXjSqac8fsKfeB05qqyXLgoQ1zCg0W8pYgfupGueHdNvHE_b_rhEvpjJt17a/s1600/AiredeDylan693.jpg" height="320" width="187" /></a></div>
<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;"><i>Aire de Dylan</i></span><br />
<span style="font-size: x-small;">Enrique Vila-Matas</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><i> </i>Seix Barral</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Barcelona</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">2012</span><br />
<span style="font-size: x-small;">327 pp. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">El tema de la levedad es una constante en la narrativa del escritor barcelonés Enrique Vila-Matas. Tiempo atrás, en su <i>Historia abreviada de la literatura portátil</i>, contaba la historia de una sociedad secreta cuyos miembros tuviesen como requisito que sus obras fuesen ligeras, de poco peso, y que cupiesen en un maletín. En <i>Bartleby & Co.</i>, un escritor, consciente de que la literatura ya no puede decir nada nuevo, decide dedicarse a la no-escritura. Ahora, en <i>Aire de Dylan</i>, Vila-Matas recupera el tema mostrando a un grupo de artistas que se apoyan, como Oblomov, en la pereza; una brisa, un ligero movimiento de aire, en la búsqueda de un arte que pueda fracasar antes incluso de haber sido creado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">El novelista narra la historia de Vilnius, hijo del difunto Juan Lancastre. El joven, que recopila datos en su Archivo General del Fracaso, prepara una película que él mismo concibe como irrealizable. Cuando acude a un congreso literario sobre el fracaso, lee un relato sobre la tragedia de los días anteriores, marcada por el fallecimiento de su padre, que se aparece, como ya había hecho el padre de Hamlet, a su hijo. Vilnius iniciará una búsqueda de la identidad de su padre y, por extensión, de la suya propia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Reaparecen, como ya indicaba, temas propios de la narrativa de Enrique Vila-Matas: la levedad de la creación artística, el escritor que se dedica a la no-escritura, los clubes o sociedades secretas... Podría parecer, por lo tanto, que Vila-Matas corre el riesgo de repetirse; ahora bien, el camino que ha decidido seguir con esta novela lo impide. El motivo principal es que se aparta ligeramente del enfoque narrativo que había seguido en sus últimas novelas, optando aquí por una narración, diríamos, más tradicional, dando mayor importancia a la trama que en obras anteriores, consiguiendo uno de sus libros más novelescos. Sin embargo, como es habitual en Vila-Matas, el aparato reflexivo, metanarrativo, sigue siendo el más importante; y encontraremos partes de la novela en que el interés por la trama parece desinflarse —algo que no ocurrió, por ejemplo, en la espléndida <i>Dublinesca</i>—, dando como resultado un argumento que sufre de altibajos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Más atinado se muestra Vila-Matas en el contenido metaliterario: como es costumbre en él, consigue transmitir sus reflexiones a través de una prosa limpia, aséptica, de muy fácil acceso —no sólo para los que ya han accedido a su obra—, que huye de toda carga retórica y todo contenido excesivamente sublime. Ahí radica el principal atractivo de la novela: a través de una trama sencilla, que podría parecer un divertimento del autor, armado con su humor e ironía de siempre, accedemos sin dificultades al mundo literario de Enrique Vila-Matas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiy53jmfMkXgpSbv7E6ft4Lfpx4VO4-lnc94hn1-XLqmE6bOIWL17SA7lKKceyhfj7tHK9EVEUKfDKGZ1uH4hyrhCdhd4P9rA0gBPg6H6SxNUdm_773YLjlkVGS_96XaNUc2_HwQ6HjCgaU/s1600/Enrique-Vila-Matas-fotograf%C3%ACa-en-Suicidios-ejemplares.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiy53jmfMkXgpSbv7E6ft4Lfpx4VO4-lnc94hn1-XLqmE6bOIWL17SA7lKKceyhfj7tHK9EVEUKfDKGZ1uH4hyrhCdhd4P9rA0gBPg6H6SxNUdm_773YLjlkVGS_96XaNUc2_HwQ6HjCgaU/s1600/Enrique-Vila-Matas-fotograf%C3%ACa-en-Suicidios-ejemplares.jpg" height="290" width="320" /></a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Ese mundo aquí representado, en este <i>Aire de Dylan</i>, llama la atención por la ruptura de las barreras que separan las distintas disciplinas artísticas: literatura, cine, teatro y música se unen creando el mundo de ficción al que se liga de forma permanente la vida. Los personajes, habiendo perdido sus identidades, buscarán sus sucesivos «yoes» —recordemos a Montaigne— y su razón de ser en la creación artística. Y es aquí donde encontraremos el principal atractivo de la novela y el gran acierto de Vila-Matas: los principales personajes de la obra representan los diferentes «yoes» del escritor, y, como el escritor es la obra y la obra es el escritor, representan también las facetas de su creación narrativa. Lo que Enrique Vila-Matas hace en <i>Aire de Dylan</i>, desde la distancia de los años y la madurez, es diseccionar sus novelas y a sí mismo, mostrándose crítico cuando hace falta, y reflexionando sobre los temas que son la base de su narrativa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">En definitiva, nos encontramos ante una obra de madurez, con un Vila-Matas reflexivo, autocrítico, que utiliza sus herramientas narrativas con seguridad. Una prosa sencilla pero cuidada, una estructura con piezas bien soldadas. Porque el aire de Dylan es el aire de Vila-Matas: un soplo cambiante que se aleja de toda solemnidad.</span></div>
Sergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8683547822439736397.post-88187220383286702402013-10-27T09:56:00.003-07:002014-08-07T06:58:31.944-07:00El quijotismo del Pijoaparte: Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjyR7FFSCc-vn7QhbHYlJ9NBdcPBzem6DSrhbg67z7s4ZEy2NbG0J6Cv-YYuFhGqGWx3W0TB2uGEW5kWeDk6krQhjh_7E19EjRAYNmNqtCgfktoECgTaPXY5ICKNEi122WijwtYMemlf2s/s1600/Juan+Mars%C3%A9.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjyR7FFSCc-vn7QhbHYlJ9NBdcPBzem6DSrhbg67z7s4ZEy2NbG0J6Cv-YYuFhGqGWx3W0TB2uGEW5kWeDk6krQhjh_7E19EjRAYNmNqtCgfktoECgTaPXY5ICKNEi122WijwtYMemlf2s/s320/Juan+Mars%C3%A9.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">Manolo Reyes, el
Pijoaparte, es un ratero del Carmelo que malvive robando motos y
dando algún tirón de bolso de vez en cuando; es un golfo irritable
y malhumorado con una potente necesidad de demostrar su dureza de
carácter a cualquiera que se cruce en su camino. Manolo Reyes, el
Pijoaparte, protagonista de <i>Últimas tardes con Teresa</i><span style="font-style: normal;">,
de Juan Marsé, tiene un noviazgo de clandestina sexualidad y
romanticismo pobre, aturdido, diluido, con Maruja, la sirvienta de
los Serrat, padres de Teresa, una joven universitaria, burguesa, de
esa izquierda lacia y casi impostada que coquetea con los ideales
vacíos y las consignas estúpidas. Manolo y Teresa, después de que
Maruja tenga un accidente que la deja en coma, comienzan una relación
revestida de un romanticismo idealizado e ignorante que arrastrará
al Pijoaparte a una caída estrepitosa.</span></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">La
prosa de Juan Marsé es fascinante. La arquitectura de la novela, aun
no siendo tan elaborada como en la posterior </span><i>Si te dicen
que caí</i><span style="font-style: normal;">, nos deja asombrados en
más de una ocasión. La ironía es inteligente, muy cuidada, y le
sirve al escritor para arremeter contra todos los personajes de la
obra y el mundo que los rodea con una sutileza que nos obliga a leer
atentamente entre líneas; de ahí que sea capaz de imitar el estilo
de las novelas sentimentales en los momentos románticos entre Manolo
y Teresa y nos demos cuenta de que, aunque parezca que va en serio,
la situación es de alguna forma risible. Pero no voy a detenerme en
estas cuestiones técnicas.</span></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">El
Pijoaparte es un Quijote de barrio bajo, de arrabal. Ya de niño,
cuando conoce a los Moreau, familia francesa con </span><i>roulotte
</i><span style="font-style: normal;">de vacaciones en Ronda, su
imaginación lo lleva por los caminos de la fantasía; esa fantasía,
al ponerse en marcha, provoca que la mente de Manolo invente una
serie de acontecimientos, una película de cómo podría ser el
futuro, una ficción que no llegará a desarrollarse nunca. El
Pijoaparte imagina ser un caballero, un héroe, que salva a la chica
y la devuelve a su padre sana y salva y que, como héroe que es,
recibe como recompensa el amor de la joven. Desgraciadamente para él,
eso es sólo el juego loco de su mente exaltada; el Pijoaparte es un
chorizo, un muerto de hambre, y lo único que sacará de su
imaginación es la caída en un bucle del que no podrá salir.</span></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Quijotismo
también lo vemos en Teresa Serrat y en sus compañeros de
universidad, los niños bien que juegan a las revoluciones, a la
radical clandestinidad; pero su quijotismo es diferente al de Manolo:
no nace de un fantasioso torrente mental sino de una abúlica
ignorancia, un aburrimiento de clase alta, una pueril rebeldía
contra el propio origen que se esfumará con la edad adulta o con la
autodestrucción, como ocurrirá al impotente Luis Trías, que pasará
de héroe revolucionario a alcohólico acabado en dos tristes años.
Sin embargo, pronto aprenderemos que su punto de vista
reivindicativo, sus protestas, sus manifestaciones y sus lecturas
subversivas responden a una juvenil necesidad sexual y a una
actividad hormonal que confunde el apetito del coito con la lucha de
clases. La mirada crítica de Juan Marsé se centra especialmente en
este mundillo estudiantil, lo que causó que, en su época y mucho
después, la crítica creyese que el tema principal de la novela es
el ataque a la alta burguesía catalana; que sí, existe, pero no es
ni de lejos la intención principal del novelista, por mucho que nos
diga de ellos que son unos «señoritos de mierda».</span></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">El
juego está en el choque entre los dos mundos generado por la errónea
percepción de la realidad del otro que tienen Manolo y Teresa. En
este tema, eje central del libro, Marsé puede desplegar sus armas:
crítica, sátira, ironía, y magistral labor arquitectónica y
estructural. El trabajo formal, decía arriba, es envidiable. Cómo
perciben los dos protagonistas el mundo, cómo razonan, cómo
piensan, cómo se relacionan entre ellos, ahí está la gran labor de
Marsé. Para el Pijoaparte, el mundo de Teresa, de la burguesía, es
la salvación a su malvivir cotidiano, es su oportunidad de medrar;
para Teresa, que cree que Manolo es un obrero, un trabajador, los
ideales proletarios que ha aprendido en algún libro —recordemos:
quijotismo— le harán concebir la figura del Pijoaparte como un
héroe de la clase baja.</span></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">En
esta confusión, Manolo está condenado de antemano. Como decíamos,
no sabrá salir del lío en el que se mete porque ni siquiera sabrá
que se ha metido en un lío. Hasta el último momento, cuando Maruja
ya ha muerto, creerá que va a conseguir ascender en la pirámide
social. Al morir la sirvienta, el padre de Teresa, que sospecha que
hay una relación entre su hija y el joven del Carmelo, los separa.
Desesperado, roba una moto para ir en busca de Teresa y, mientras
conduce a toda velocidad, esquivando vehículos y recibiendo los
insultos y los gritos de los demás conductores, su imaginación se
pone en marcha y nos convertimos en espectadores de la realidad que
el Pijoaparte desea para él y para Teresa cuando esté junto a ella
pero que jamás podrá ser: </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Sería
todo igual a siempre excepto el rumor del mar (creciendo,
amenazante). Avanzaría sigilosamente bajo los grandes eucaliptos del
jardín, pisaría el lecho de hojas junto a la red metálica de la
pista de tenis, se acercaría a la pared cubierta de hiedra, al pie
de la terraza. Primer temblor orgiástico en las manos (tranquilo,
chaval) al tantear la frondosa y esmaltada catarata verde bañada por
la luna, las hojas frías y húmedas de la hiedra, mientras buscaba
en su interior el oculto canalón y algún tallo lo bastante grueso
para ayudarse a subir. […] Un parasol, una mesita y dos hamacas
(una roja, la otra amarilla) bostezando frente a los cabrilleos del
mar. La luna se deslizó con él, a su lado, ayudándole a abrirse
paso a través de una insólita constelación de amenazas e insultos
(rostros indignados y asombrados que se asomaban todavía a las
ventanillas de los coches vociferando) mientras avanzaba hacia la
puerta de cristales con celosías blancas del cuarto de Teresa. […]
Empujó el cristal, que al ceder recogió parte de la terraza con las
dos hamacas (¿por qué reflejaba también un lejanísimo faro de
motocicleta?). […] y entonces Manolo cogió delicadamente esa mano
entre las suyas al tiempo que hincaba la rodilla junto al lecho y una
luz le cegaba (lo mismo que ante el segundo frenazo del maldito Seat,
antes de llegar al puente, él fuera de la carretera y con el paso
cerrado, la Ducati intacta —loado sea Dios— y en la ventanilla
los rostros descompuestos del perro lobo, del tío y de la sobrina,
en cuyas hermosas rodillas aún descansaba la mano peluda). Esto le
hizo pensar que no debía andarse con chiquitas y desnudarse y
meterese en la cama y abrazar a Teresa...</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">En
esta fantasía pijoapartesca utiliza el narrador el condicional y el
imperfecto de indicativo igual que hacen los niños cuando juegan a
ser personas que no son; porque, no olvidemos, la imaginación de
Manolo es infantil ya que la arrastra desde su encuentro con la hija
de los Moreau. Al principio aún nos llegan las fugaces percepciones
de lo que está ocurriendo en la carretera —ese rumor del mar
amenazante es, como descubriremos, el sonido de las motocicletas de
dos policías que se acercan a él—, pero poco a poco irán
desapareciendo hasta que sólo quede lo que sucede en la mente del
Pijoaparte. Después de este pasaje, sin llegar a acabar la película
proyectada en el cerebro de Manolo, pasamos bruscamente a la
realidad, con dos policías pidiéndole la documentación al ladrón
de motocicletas. No ha podido llegar a Teresa y acabará en la
cárcel. Cuando salga encontrará a Luis, ahora alcoholizado, y se
enterará de que Teresa acabó por satisfacer su deseo sexual,
perdiendo la virginidad que era la fuente de su impulso
revolucionario, y se ha olvidado de él. Porque Manolo Reyes, el
Pijoaparte, el Quijote del Carmelo, no puede, como el caballero
manchego, vencer al prosaísmo de la realidad.</span></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Como
curiosidad, la escena que he citado me recordó muchísimo a uno de
los mejores momentos de </span><i>Dos tontos muy tontos</i><span style="font-style: normal;">:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/PVrEsaGQvQw?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">(Edición
utilizada: Juan Marsé, </span><i>Últimas tardes con Teresa</i><span style="font-style: normal;">,
Barcelona, Debolsillo, 2002)</span></span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span>Sergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8683547822439736397.post-2341694041841687392013-10-13T07:19:00.000-07:002013-10-13T07:19:03.470-07:00Los niños de la guerra en un cuento de Jesús Fernández Santos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPo_GkE8EgGxeveshOQESs1E_t7hBwUtYRWvHR56_W-kiYZrLWAFYiKiW-1IdPLUmEU-BMjoeHXDXPwquNNsVTyzjcibiiIC6NqnZ8atvb8U6QE5UMIsBZTGENRr_2QaTiPKmELjet_Ux7/s1600/ni%25C3%25B1os+de+la+guerra.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="245" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhPo_GkE8EgGxeveshOQESs1E_t7hBwUtYRWvHR56_W-kiYZrLWAFYiKiW-1IdPLUmEU-BMjoeHXDXPwquNNsVTyzjcibiiIC6NqnZ8atvb8U6QE5UMIsBZTGENRr_2QaTiPKmELjet_Ux7/s320/ni%25C3%25B1os+de+la+guerra.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">Después de la Guerra
Civil se produjo un cambio en la narrativa española. Ante una nueva
realidad opresiva, censora y carente de libertades, un grupo de
escritores decide representar la realidad en la novela, introduciendo
en la narración la denuncia social, dando paso a lo que se ha dado
por llamar «realismo social», género del que se pueden discutir
seriamente sus premisas. El mayor problema de este tipo de novela
reside en el hecho de que la introducción de la ideología política,
sea del lado que sea, desequilibra la obra de arte; a mayor
ideología, menor valor artístico. El resultado es una serie de
novelas de, con algunas excepciones, escaso interés novelesco y
narrativo; no son más que obras que responden a un momento histórico
muy definido y delimitado, y, por consiguiente, al salir de ese
momento pierden la intención, pobre o no, con la que fueron
concebidas.</span></div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">Existe un grupo de
jóvenes escritores que comienzan a escribir en la posguerra,
publicando sus primeras obras importantes a partir de la década de
los 50. Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez
Ferlosio, Juan Benet, y otros tantos conformarán la llamada
«generación de los 50» o «generación del medio siglo». Tienen
todos ellos en común haber sido niños durante la guerra, su
disconformidad ante una realidad educativa y cultural decadente
—recordemos que todos ellos habían nacido cuando comenzó la
República y, aunque eran aún niños de corta edad, hubo de
llegarles, al menos, algún eco de cómo fue la cultura en la época
entre dictaduras que fue de 1931 a 1936—, y que, casi en su
totalidad, cultivaron una narrativa distinta a la corriente del
realismo social: Aldecoa con <i>El fulgor y la sangre </i><span style="font-style: normal;">y
</span><i>Con el viento solano</i><span style="font-style: normal;">;
Ferlosio con </span><i>El Jarama</i><span style="font-style: normal;">;
Carmen Martín Gaite con </span><i>Entre visillos</i><span style="font-style: normal;">...
El único que se acercó al realismo social más al uso fue Jesús
Fernández Santos en su novela </span><i>Los bravos</i><span style="font-style: normal;">.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9GO7UQ7iSLgquojcpPm2QCdvHydJ0Op2a5KiSzk4MHVGTXbJCcTnT8WTRg9WEWfSXrQPEIDqjUJlqpaEUwDy_1F2HqaTPkD2wsrrfIqhlbz0YtQgMCRl-usIece3bG1gVx-aDxlO8l1M9/s1600/Aldecoa,+Josefina+y+Sastre.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9GO7UQ7iSLgquojcpPm2QCdvHydJ0Op2a5KiSzk4MHVGTXbJCcTnT8WTRg9WEWfSXrQPEIDqjUJlqpaEUwDy_1F2HqaTPkD2wsrrfIqhlbz0YtQgMCRl-usIece3bG1gVx-aDxlO8l1M9/s320/Aldecoa,+Josefina+y+Sastre.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;"></span></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Josefina
Aldecoa, mujer de Ignacio Aldecoa, habla en el prólogo a su
antología </span><i>Los niños de la guerra </i><span style="font-style: normal;">de
lo que supuso para ellos el conflicto que comenzó en 1936 y cómo lo
encararon:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Cuando
sobrevino la catástrofe, maduramos de prisa. Los mayores bajaron la
guardia. Acobardados o luchadores, se vieron obligados a hacer frente
a momentos angustiosos. Nuestros padres olvidaron las normas, nos
dejaron vivir. Se podía salir de casa sin grandes dificultades. Se
podían escuchar las conversaciones sin que nadie se fijase en
nuestra presencia. Se podía ir sucio. Los estudios pasaron a un
lugar perdido y lejano. Se iba y se venía sin orden ni concierto,
llevado por los acontecimientos. Se aprendía que la guerra, nuestra
guerra, era una guerra de buenos y malos, como se pretende que sean
todas las guerras, y nos aferrábamos fuertemente a los buenos que
nuestros padres patrocinaban. Se podía llorar de miedo y reír de
miedo. Se olvidaba la hora de ir a la cama, la hora de levantarse. Se
comía lo que aparecía sobre la mesa, a cualquier hora. Se habían
roto las rutinas internas de la vida familiar. Se habían abierto las
puertas de la calle anárquica y variopinta. La gente huía, moría,
amaba, odiaba, sufría, luchaba por sobrevivir. Porque nosotros
éramos la retaguardia. La vida familiar desvió su atención del
orden doméstico para fijarla en lo que sucedía en la calle. Y los
niños salieron de sus protegidos rincones y se sintieron libres e
independientes entre los miedos y las ruinas.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Este
ambiente bélico contemplado desde la mirada inocente de un niño lo
recoge Jesús Fernández Santos en su cuento «El primo Rafael»,
aparecido en </span><i>Cabeza rapada </i><span style="font-style: normal;">y
recogido por Josefina en su antología, donde se narra la historia de
un niño llamado Julio y su primo, Rafael, al llegar las tropas
franquistas a la meseta madrileña que fue hogar del propio Fernández
Santos en su infancia. Al convertirse el lugar «en frente», palabra
que parece reptar amenazante entre los personajes del cuento,
comienza una caravana de refugiados que llevará a los dos niños,
junto a sus familias, a Segovia, huyendo, sin conseguirlo, de un
conflicto armado que lo destruye todo.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXvweMBdEhTOOTLLPvjGLs4ufzwmTNnKkjyEyt3gvGuTknqRU76ncl7iszFZOEcIn1TJyvo01OOVfVfUhDQYMtPHFkuBbR98IUJqaehEao4-pUIaTChaC0cu3kBhBWP_LkXF-ECxhQZRym/s1600/Jesus-Fernandez-Santos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXvweMBdEhTOOTLLPvjGLs4ufzwmTNnKkjyEyt3gvGuTknqRU76ncl7iszFZOEcIn1TJyvo01OOVfVfUhDQYMtPHFkuBbR98IUJqaehEao4-pUIaTChaC0cu3kBhBWP_LkXF-ECxhQZRym/s320/Jesus-Fernandez-Santos.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: small;"></span><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Al
iniciarse el cuento, el escritor establece el contraste entre los dos
niños; contraste entre la sensibilidad de Julio y la inconsciencia
de Rafael. El primero se enfrentará, llevado de la mano del segundo,
a la crueldad de la guerra, a lo absurdo del conflicto y la macabra
presencia de la muerte. Pasaremos de una incomprensión de la guerra,
que es al principio «sólo un rumor, un fuego, una nube plomiza que
surgía de entre los pinos», a la certidumbre, al descubrimiento,
tras el hallazgo del cadáver calcinado de un soldado: «Lo recordaba
bien. Recordaba las piernas intactas, sin quemar, y las botas
retorcidas, abiertas».</span></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">A
lo largo de todo el cuento, el ansia de aventura de Rafael arrastrará
a Julio, mostrándole la cruda realidad, alejándolo del espacio
seguro de la inocencia infantil. Para Rafael será más sencillo
porque en todo momento seguirá adornando lo que está ocurriendo
como si fuese un juego infantil, pero la conciencia de Julio irá
despertándose poco a poco a medida que la guerra vaya penetrando más
en su vida.</span></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Al
final, después de haber sido atropellado por un camión de las
tropas falangistas, Rafael morirá. La muerte, tan cercana en este
caso, acaba de arrancar a Julio de los brazos de la inocencia. Ya no
queda más remedio, como dice Josefina Aldecoa, que madurar; la
infancia tiene que quedar atrás y ya no podrá volver nunca más.
Todo recuerdo del pasado pertenece ahora al olvido:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Al
día siguiente, sin embargo, todo había vuelto a su cauce y las
hermanas a sus secretos. Fue por fin al colegio. No recordó más la
historia de las válvulas. Los tapones que guardaba en el cajón de
su pupitre le parecían inútiles, tan muertos como el primo, y
cuando en Navidad marchó la familia a Salamanca, quedaron olvidados,
como Rafael, como la prima Mercedes, como los días de libertad
pasados en Segovia.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Lo
único que le queda a Julio es el vacío, la inutilidad, el olvido.
Ese concienciar al personaje a partir de la muerte, la ducha fría de
realidad, es un elemento común a todos los miembros de la
generación. En </span><i>El fulgor y la sangre</i><span style="font-style: normal;">,
Aldecoa termina la historia con la llegada de un cadáver a una casa
cuartel de la Guardia Civil en la que no ha ocurrido nada hasta
ahora. Uno de los niños, el mayor de todos, hijo de un guardia,
pasa, tras la contemplación del muerto, al mundo de los adultos. En
</span><i>El cuarto de atrás</i><span style="font-style: normal;">,
la protagonista se enfrenta a la realidad después de contemplar a su
padre mirar absorto los restos de su Pontiac negro último modelo.
Porque la pérdida, el poco tener y menos esperar, el porvenir que no
acaba de llegar, son todos constantes de este joven y genial grupo de
escritores, y en todos ellos, quien más, quien menos, aparece esa
extrañeza kafkiana ante una realidad que lo aliena a uno, que lo
asfixia lentamente, en la que no queda lugar para los juegos
infantiles. La crueldad de la vida siempre acecha.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">(Edición
utilizada: Josefina R. Aldecoa (ed.), </span><i>Los niños de la
guerra. Selección, prólogo, semblanzas, biografías y comentarios
de Josefina Rodríguez Aldecoa</i><span style="font-style: normal;">,
Madrid, Anaya, 1983)</span></span></div>
<br />Sergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8683547822439736397.post-43046841583709821082013-10-06T08:27:00.004-07:002013-10-08T03:19:23.561-07:00Carmen Martín Gaite y los retales de vida: Irse de casa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCO-Mc6SDlMUYMioC3b11fH1CGeQ-Biv28o0mI6BdpBHUi-maIZosRETj6SljL7XTF5bD8Y5Wtd7PTjErUunMcKJzYzrxg-qKf5cvKccIubDt9HMr_iCIpq42ivP3HK8eb2qSzsstKaWCL/s1600/Carmen.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCO-Mc6SDlMUYMioC3b11fH1CGeQ-Biv28o0mI6BdpBHUi-maIZosRETj6SljL7XTF5bD8Y5Wtd7PTjErUunMcKJzYzrxg-qKf5cvKccIubDt9HMr_iCIpq42ivP3HK8eb2qSzsstKaWCL/s320/Carmen.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">En <i>Irse de casa</i><span style="font-style: normal;">,
de Carmen Martín Gaite, Amparo Miranda, exitosa diseñadora de ropa
que trabaja y vive en Nueva York, regresa a España, a la ciudad de
provincias donde vivió en su juventud, con el guión cinematográfico
que su hijo Jeremy, aspirante a cineasta, escribió. El cine,
recordemos, fue muy importante para los miembros de la generación de
Carmen Martín Gaite, y aquí no es únicamente un recurso
argumental; incide en la narración durante toda la obra, marcando el
ritmo, ordenando la estructura en planos y secuencias y moviendo el
objetivo de un lado para otro, de personaje en personaje. Lo que es
más, la propia profesión de Amparo también parece influir sobre la
estructura, ya que el conjunto de la novela es una tela compuesta con
muy diferentes (¿o no?) retales de vida, unidos con un hilo de
melancolía común a todos los personajes.</span></span><br />
</div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<br />
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Cada
uno de los retales corresponde a la visión de un personaje. Aunque
Amparo es la protagonista, enseguida se convierte, como ocurre con
todos los demás, en observadora y, a la vez, observada. En cuanto
llega a la ciudad de provincia —cuyo nombre nunca llegamos a
conocer—, se diluye en el espacio y se convierte en una más. El
protagonista coral que tiene esta </span><i>Irse de casa</i><span style="font-style: normal;">
otorga a la obra un multiperspectivismo que la aleja del realismo más
tradicional —y mejor será no preguntarnos aquí qué podemos
entender por «realismo», porque no nos aclararíamos—. No
interesa a Martín Gaite hacer una descripción de unos espacios, de
unos usos y costumbres; ni siquiera describe al coro de personajes,
sino que deja que, con sus acciones, sean ellos los que se definan
ante el lector. Eso es lo que importa: el constante fluir de unas
vidas, con sus miserias, sus remordimientos y sus sueños rotos. El
lector, que siempre ha de estar atento, tiene que recoger los
fragmentos y componer el fresco, reconstruir la vida humana que, bien
sea por exceso de uso o por total abandono, se ha resquebrajado y se
ha derramado por un espacio vacío, nostálgico y asfixiante.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh3IeFJRUzIwBdyjz3VFi0foZIMnUL6XjlOIME34dUfIjPPDbyg21BNL8LoXglsAEIUeCoq7ayGUkex4R0xTYzznfWHUc4qwuzHDC-Ra_CcHCVXpDBR5TAnEk8F2U157MkKWJIdFWMcEfn/s1600/ilustraci%C3%B3n+Irse+de+casa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh3IeFJRUzIwBdyjz3VFi0foZIMnUL6XjlOIME34dUfIjPPDbyg21BNL8LoXglsAEIUeCoq7ayGUkex4R0xTYzznfWHUc4qwuzHDC-Ra_CcHCVXpDBR5TAnEk8F2U157MkKWJIdFWMcEfn/s320/ilustraci%C3%B3n+Irse+de+casa.jpg" width="236" /></a></div>
<span style="font-size: small;"></span><br />
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<br />
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Es
tan importante lo que ocurre en el interior de los personajes, lo que
piensan, lo que sienten, que el narrador se aparta constantemente
para dejar que sean ellos los que se expresen, dando lugar a una
mezcla de narración, monólogos interiores y diálogos,
contribuyendo a ese diluir de vida que es el atractivo principal de
la novela. Los personajes se relacionan por dentro y por fuera,
física y espiritualmente, y, pese a avanzar en diferentes
direcciones, o precisamente por eso, sus vidas se entrecruzan, no
pudiendo volver a separarse, unidas por un férreo vínculo que
desafía al tiempo y al espacio.</span></span><br />
</div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<br />
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Es
necesario hablar del título de la obra. Todos los personajes se
hallan inmersos en una búsqueda personal de una nueva vida, y para
ello han de «irse de casa». Esto los conduce a la frustración y a
la desesperación puesto que nadie puede abandonar esa casa. Mientras
deambulan por la ciudad, todo cuanto les rodea activará los resortes
de la memoria, avivando recuerdos, pesares y remordimientos. El
porvenir no existe y el presente es una losa de infelicidad; por
consiguiente, el único alivio de Amparo y los demás es el olvido.
Desgraciadamente, pronto aprenderemos —los personajes y nosotros, los lectores—
que es necesario enfrentarse a los años que han quedado atrás; es
inútil darle la espalda al pasado. Amparo, la Amparo niña que se
asoma de vez en cuando en diversos pasajes del libro, es consciente
de que tiene que abandonar los recodos del pasado, las grietas de los
recuerdos. La vida es posible mientras ocurra junto a la de los
demás; no puede ser solamente el monólogo de un guión
cinematográfico. Fluimos todos como fluyen nuestras vidas:
desbordándonos, avanzando hacia los demás, y nadie puede escapar a
eso. Nunca llegamos a irnos de casa porque la casa está donde hay
vida, donde hay recuerdos.</span></span></div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<br />
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">(Edición
utilizada: Carmen Martín Gaite, </span><i>Irse de casa</i><span style="font-style: normal;">,
Barcelona, Anagrama, 1998)</span></span></div>
<br />Sergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8683547822439736397.post-75866759239977537572013-09-22T12:11:00.002-07:002013-09-22T23:56:30.074-07:00El viaje de Charles Baudelaire<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjssqyYp5OKSZp4BZiEd4kzU_2uLOwsIsxltdhwsTHvVujie6N5kwAu385dq0xWNp3al441vzIL0CXuQ-jbLsqaMNIbJnFgUo4LpMCE_hzwmm7KPwyUg8XtHXG4P6NYRXg-Ns06uvsjiKbm/s1600/baudelaire.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="204" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjssqyYp5OKSZp4BZiEd4kzU_2uLOwsIsxltdhwsTHvVujie6N5kwAu385dq0xWNp3al441vzIL0CXuQ-jbLsqaMNIbJnFgUo4LpMCE_hzwmm7KPwyUg8XtHXG4P6NYRXg-Ns06uvsjiKbm/s320/baudelaire.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">Se suele decir que <i>Las
flores del mal</i><span style="font-style: normal;">, la gran obra
maestra de Charles Baudelaire, es la </span><i>Divina comedia </i><span style="font-style: normal;">de
la modernidad, y el apelativo no es para nada baladí. En Dante
tenemos un viaje simbólico-alegórico de descenso y posterior
ascenso físico y espiritual; Baudelaire también realiza un viaje al
fondo de su alma, tan profundo que acaba siendo un descenso al alma
de todos los hombres, pero de forma inversa. Será un viaje que
comenzará en la vaga posibilidad de un Paraíso que debería estar
en la Belleza, pasando por el Purgatorio que representan para el
poeta las calles de París, reflejo de su alma, y terminando en el
Infierno de la decadencia, la enfermedad y la muerte. Dios está
ausente y seguirá así durante la segunda mitad del siglo XIX y toda
la posmodernidad, en la que nos encontramos nosotros. Recordemos que
para Rimbaud el cielo era de color marrón de tantas veces que se
había cagado en Dios —«meo hacia el pardo cielo, alto, alto, tan
lejos...»—; el color azul aparece, como en Mallarmé, roto,
fragmentado y desperdigado, como rota y fragmentada está la
esperanza.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">Cuando
Baudelaire publica </span><span style="font-size: small;"><i>Las flores del mal</i><span style="font-style: normal;">,
en 1857, el Romanticismo ya está dando sus últimos coletazos
—aunque </span><i>lo romántico</i><span style="font-style: normal;">
ha llegado hasta nuestros días—. En su generación se produce un
malestar moral, social y existencial que Chateaubriand había llamado
«el mal del siglo»: por una parte, se había creído que el
Progreso, una de las promesas de la Revolución, debía haber
engendrado la felicidad en el pueblo —léase </span><i>Los
miserables</i><span style="font-style: normal;">, de Victor Hugo—,
pero no fue así, puesto que la burguesía se hizo con las ruinas del
Antiguo Régimen y sobre ellas construyó el imperio del capitalismo;
por otra parte, la ciencia vino a sustituir a la religión, y con
ello desmitificó el mundo. El hombre no se había sentido tan solo y
desamparado en el universo desde el Barroco. De la crisis espiritual
resultante nacerá el marginado, que puede ser un mártir que
encarnará la moral perdida, como Jean Valjean, o un rebelde
byroniano que decida apartarse de la sociedad que no comprende y que
no lo comprende. El desprecio por el presente lleva a una inevitable
huida al pasado o a uno de los paraísos artificiales.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXmQSujonyanKckiIjdoqH3jYJTFuD6uGhVaclnJOPiWuzKy9Sir7Ggv9wzz4N3Aqszu3YXb5azAinCWgGma2xxgBbdYwcCF9v_QmH6mULB4do1uNs7gOM2xDMYbihXiwLprwryp8ISZXK/s1600/Fleurs_du_mal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXmQSujonyanKckiIjdoqH3jYJTFuD6uGhVaclnJOPiWuzKy9Sir7Ggv9wzz4N3Aqszu3YXb5azAinCWgGma2xxgBbdYwcCF9v_QmH6mULB4do1uNs7gOM2xDMYbihXiwLprwryp8ISZXK/s320/Fleurs_du_mal.jpg" width="204" /></a></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">¿Huye
Baudelaire? Fijémonos primero en las etapas del viaje que realiza en
</span><span style="font-size: small;"><i>Las flores del mal</i><span style="font-style: normal;">: la
primera sección del poemario, titulada «</span><i>Spleen </i><span style="font-style: normal;">e
Ideal», tiene todavía la esperanza de poder alcanzar la Belleza,
que es lo único que debería poder permitir al poeta abandonar el
</span><i>spleen</i><span style="font-style: normal;">, el hastío, el
tedio vital que lo encadena y le arrebata la felicidad. Baudelaire
intenta escapar a los brazos de una mujer que termina siendo un
vampiro que le absorberá la vitalidad; el tiempo será el gran
devorador del poeta, lo que no deja de ser significativo si tenemos
en consideración que tanto Baudelaire como Jeanne Duval, la mujer a
la que más poemas dedicó en </span><i>Las flores del mal</i><span style="font-style: normal;">,
murieron de sífilis, y probablemente uno se lo contagió al otro.
Siendo una enfermedad degenerativa, no es de extrañar que el tiempo
y la mujer sean para el escritor los devoradores de su cuerpo y su
alma. Esta sección del libro termina con hastío, y Baudelaire
volverá su mirada hacia las calles de París: los «Cuadros
parisinos» son una representación física de lo que el escritor
llevaba dentro en «</span><i>Spleen </i><span style="font-style: normal;">e
Ideal». La realidad llega para impedir que el poeta, como el
albatros de la primera sección, pueda volar, y tendrá que arrastrar
su plumaje por el fango.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgn9WWOhgBCU8FpSw5VPmLB8fXpteHwZvpdbMwXjUmSdHPJZx_qx-4Mk-YKSN7jDudhJeEnRCqc2dOFDkpP0-OdRn8gA0PQ0baOjCCz7ATISiYArgii0XHuT2qL_f2EVdEfLYJcv5n211cL/s1600/Jeanne_Duval.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="264" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgn9WWOhgBCU8FpSw5VPmLB8fXpteHwZvpdbMwXjUmSdHPJZx_qx-4Mk-YKSN7jDudhJeEnRCqc2dOFDkpP0-OdRn8gA0PQ0baOjCCz7ATISiYArgii0XHuT2qL_f2EVdEfLYJcv5n211cL/s320/Jeanne_Duval.JPG" width="320" /></a></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">Llegamos
a la tercera sección, «El vino», y avanzamos hacia el camino del
paraíso artificial. Ya hemos visto que la mujer no sirve para
escapar del hastío; todo lo contrario: nos hace caer más todavía.
Lo mismo ocurre con el vino, que permite evadirse pero también es
portador de decadencia. Esa decadencia estará presente en la cuarta
sección, «Las flores del mal», en las que el vicio más
destructivo permitirá al poeta hacer frente al hastío pero lo
volverá más decadente. La realidad vence a Baudelaire, el Ideal
muere y sólo queda escupir sobre él. En «Rebelión», la quinta
sección, el escritor sigue el camino de la rebelión y el satanismo
más típicamente románticos.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">Después
de haber recorrido todo este camino, Baudelaire está atrapado en un
Infierno sin ningún Virgilio que lo acompañe. Beatriz, como ya
veíamos, no existe; la única mujer en el mundo de Baudelaire es
Lilith, la mujer vampiro que lo arrastra por el fango. Nada de lo que
él conocía puede acabar con el </span><span style="font-size: small;"><i>spleen</i><span style="font-style: normal;">;
por consiguiente, el poeta ha de llegar hasta el fondo del averno, a
la última sección del poemario: «La muerte». La muerte no es
solamente el único remedio frente al hastío; es, además, la única
forma de que exista el amor. Por lo tanto, Baudelaire aúna el Eros y
el Tánatos, indicando que es el paso necesario para poder alcanzar
el Ideal. En las últimas estrofas del último poema de </span><i>Las
flores del mal </i><span style="font-style: normal;">(llamado «El
viaje», muy significativamente), el escritor nos da la clave de todo
el poemario:</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">¡Oh
Muerte! ¡Oh capitana! ¡Tiempo es ya! ¡Alzad el ancla!</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Nos
hastía esta tierra, ¡oh Muerte! ¡Aparejemos!</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">¡Si
son negros los cielos y la mar cual la tinta,</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">nuestros
pechos ya sabes que están llenos de rayos!</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">¡Viértenos
tu veneno y que él nos reconforte!</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">Queremos,
tanto el fuego los cerebros nos quema,</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">en
el abismo hundirnos, ¿Cielo, Infierno, qué importa?</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">¡Al
fondo de lo Ignoto para encontrar </span></span><span style="font-size: x-small;"><i>lo
nuevo</i></span><span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">!</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">El
hastío, como el tiempo y la decadencia, es el rayo del pecho y el
fuego del cerebro, consumiendo al poeta hasta hacerlo querer hundirse
en el abismo. El cielo ya no es azul, como tampoco lo es el mar, y es
preferible diluirse en la nada que seguir sufriendo una realidad
desprovista de esperanza y felicidad. Es preciso recordar aquí la
siguiente rima de Bécquer:</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">¿De
dónde vengo...? El más horrible y áspero</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">de
los senderos busca</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">las
huellas de unos pies ensangrentados</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">sobre
la roca dura,</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">los
despojos de un alma hecha jirones</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">en
las zarzas agudas,</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">te
dirán el camino</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">que
conduce a mi cuna.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">¿Adónde
voy? El más sombrío y triste</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">de
los páramos cruza,</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">valle
de eternas nieves y de eternas</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">melancólicas
brumas.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">En
donde esté una piedra solitaria</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">sin
inscripción alguna,</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">donde
habite el olvido,</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">allí
estará mi tumba.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">La
estructura del poema es muy sencilla: dos estrofas, una hablando de
la vida y la otra de la muerte. Hay que observar que la pregunta de
la primera estrofa va acompañada de unos puntos suspensivos,
denotando duda, y la segunda no, lo que parece significar que para
Bécquer el origen no es seguro pero el destino sí, porque nadie
puede escapar de la muerte, que es, a la larga, lo único seguro en
la vida del hombre. Lo que es más importante, que es a donde quiero
llegar, es que las palabras de la primera estrofa, las de la vida,
son mucho más negativas que las de la segunda, las de la muerte: la
aspereza del sendero, los pies ensangrentados y las zarzas agudas que
llevan a la cuna del poeta no pueden dejar de recordarnos al tiempo
devorador de </span><span style="font-size: small;"><i>Las flores del mal</i><span style="font-style: normal;">.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small; font-style: normal;">Aunque
pueda parecer que el final de «El viaje» sea optimista, no tenemos
que dejarnos engañar. El viaje de Dante termina cuando, acompañado
de Beatriz, llega a Dios; el de Jean Valjean termina igual, pero
acompañado del Amor que lo arrancó de las garras del odio de la
sociedad. El viaje de Charles Baudelaire termina en un descenso hacia
lo Ignoto, lo Desconocido. Dios ha abandonado al hombre —«Dios ha
muerto», que dirá Nietzsche—, y en su lugar sólo queda la Nada.
</span><span style="font-size: small;"><i>Lo nuevo</i><span style="font-style: normal;"> no es la
salvación entendida a la manera tradicional; es, simplemente, la
alternativa al hastío. Frente al tedio, cualquier cosa es buena, sea
el Cielo, sea el Infierno, sea la Nada. La muerte es preferible a la
vida, que no ha podido aportar nada al poeta en todo su peregrinaje.
Baudelaire buscó el Paraíso, buscó a Dios y buscó a Beatriz, pero
las flores de su mundo estaban marchitas, y la vida sólo contenía
el mal, el sadismo y la decadencia.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4XCUI9FWYxaJeCeCfOqQpdPNQLeAkHbwOnbBD1yHWlEGz-x0aM1lUUAgSPRmVr_7hHPTAh6qX8MgkxLqINYixfKrEnMvWJmW0VeUfwuVnaGmSjuptGkXyiM7xTtdKaurDbA_P35TK2XEj/s1600/Baudelaire_signatur.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="52" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4XCUI9FWYxaJeCeCfOqQpdPNQLeAkHbwOnbBD1yHWlEGz-x0aM1lUUAgSPRmVr_7hHPTAh6qX8MgkxLqINYixfKrEnMvWJmW0VeUfwuVnaGmSjuptGkXyiM7xTtdKaurDbA_P35TK2XEj/s320/Baudelaire_signatur.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-style: normal;">(Edición
utilizada: Charles Baudelaire, </span><i>Las flores del mal. Edición
bilingüe de Alain Verjat y Luis Martínez de Merlo</i><span style="font-style: normal;">,
Madrid, Cátedra, 2011)</span></span> Sergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8683547822439736397.post-61762336766505833962013-09-15T10:39:00.004-07:002013-09-15T11:03:41.259-07:00Agua en el desierto<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRw8nX6Tj9x18gkph1lZ4mf7QdLOL-ikXXD2dzM4OmEXsmmSf8moJAMpL1IAFZURlqH6pS3AcC80FrVGL45sKAIi1gKWUedBepATFssNH1D-OUtK3LczUD1ga5ix9NgzjVEcrk33jnDhPF/s1600/bscap0197.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRw8nX6Tj9x18gkph1lZ4mf7QdLOL-ikXXD2dzM4OmEXsmmSf8moJAMpL1IAFZURlqH6pS3AcC80FrVGL45sKAIi1gKWUedBepATFssNH1D-OUtK3LczUD1ga5ix9NgzjVEcrk33jnDhPF/s320/bscap0197.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
En <i>Casablanca</i><span style="font-style: normal;">,
en uno de los ya míticos diálogos entre Rick Blaine y el capitán
Renault, éste le pregunta a aquél qué había ido a hacer a
Casablanca, intrigado por el halo de misterio que rodea al
norteamericano; después de todo, nadie, excepto el pianista Sam,
sabe nada sobre su vida. El capitán francés, dejándose llevar por
su lado romántico, imagina distintas posibilidades sobre el origen
de su interlocutor. Rick, siempre cínico, le responde que fue a
Casablanca a «tomar las aguas». Renault, intuyendo la trampa, le
pregunta «¿Qué aguas, qué aguas? ¿Las del desierto?», a lo que
Rick, de nuevo sarcástico, con una sonrisa sardónica, responde
«bueno, me informaron mal». </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<i>Casablanca </i><span style="font-style: normal;">es
una de mis películas favoritas, y no sin motivos. Es un film
maravilloso por la actuación de sus protagonistas; por la
elaboración de los diálogos, que no decaen ni siquiera cuando rozan
la cursilería; por la cinematografía, con una clara influencia del
cine expresionista alemán; por el choque brutal de culturas y
nacionalidades, y por la increíble banda sonora de Max Steiner, sin
la cual la película no sería tan grande.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">No
sé cómo llegué a escoger este nombre para el blog. Siendo un blog
creado por un filólogo que quiere hablar principal aunque no
exclusivamente de literatura, me estrujé el cerebro para encontrar
un título relacionado, como uno supondría bastante acertadamente,
con la literatura. Después de dar vueltas a váyase a saber cuántos
versos de poemas famosos en mi mente (hubo uno de Baudelaire que
estuvo a punto de ser seleccionado. En su lengua original, para mayor
inri) giré, casi desquiciado en mi desesperación, la cabeza hacia
mi colección de DVD, vi una de las dos ediciones de </span><i>Casablanca</i><span style="font-style: normal;">
que tengo, y el nombre, «Las aguas de Casablanca», salió solo. No
sé muy bien cómo, pero así fue.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">El
diálogo de las aguas es una muestra más del cinismo desbordante e
hiriente de Rick Blaine; es otro de los adoquines del muro que el
personaje se ha creado para que nadie pueda acceder a él y que no se
derrumbará hasta que Ilsa lo tire abajo a puros martillazos. ¿Pero
qué ocurre si nos tomamos la licencia de extrapolar el significado
de esas aguas y lo aplicamos a la sociedad actual? En un mundo
mercantilizado, todo está incluido en un escaparate y todo se vende.
Los vendedores, en su insaciable necesidad de comerciar, han tenido que
saturarnos hasta que hemos llegado al punto en el que hay que vender
cualquier cosa, entrando nosotros, los compradores, en un bucle
infinito del que es muy difícil salir. Al final, cuando no queda
nada más por publicitar, se nos ofrece aire. Humo. Nada. Y este axioma
gongorino es lo que intento ejemplificar con las aguas de Casablanca.
Todos estamos muy mal informados, y a todos nos han llevado,
hacinados en vagones de ganado, al desierto de Casablanca. A tomar
las aguas todo el mundo. No las encontramos, claro, pero pagamos por
ellas, nos hacemos la foto en la ciudad y volvemos a casa para
demostrar a todo el mundo que hemos estado allí. «¿Y las aguas?
¿Las encontraste?». Respondemos: «No, pero me he traído esto a
casa, y esto, y...» todo al trastero, a acumular polvo.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">Hay
que abrir la mente, porque hacerlo ayuda a abrir los ojos, a
desarrollar la percepción necesaria para que no nos engañen. Hay
que leer, hay que escuchar buena música, hay que ver películas, hay
que observar obras de arte. Lo que hoy en día ya no se considera
«útil» es una de nuestras mejores defensas y estamos dejando que
nos la arrebaten. Hay que disfrutar del arte, de la pasión del ser
humano, y unidos podremos dejar de buscar las aguas de Casablanca.</span></div>
Sergio Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/04964852256533944853noreply@blogger.com0