I
El
café de la Maritornes, clandestino, oscuro, melancólico, acoge a
la chusma del arte perdulario. Noche profunda. Brumas de alcohol barato.
Tortilla de ayer. Bultos aburridos en la barra de zinc. De fondo, una
televisión escupe injurias desde la altura de su púlpito. Gregorio
Casa, escritor sin obra, contempla el fondo de la botella. Una mesa
en el rincón: los jóvenes artistas interpretan la sesuda función
de su tertulia saturnal y vespertina. Existenciales y sublimes, los
cuatro gatos de la posmodernidad realizan aspavientos de actor
sobreactuado venido a menos. Juan Padilla, Marcos Muxía, Núñez
Vaca y Lope Dante se enfrentan a la nada a golpe de retórica.
—Los
buenos tiempos pasaron.
—Dichosa
edad y dichosos siglos aquellos...
—Hay
que matar al de la Mancha. Obsoleto queda.
—De
fuera. Los aires nuevos vienen de fuera.
—Me
viene a la mente lo que decía Borges...
—Y
Bolaño su profeta.
—Debemos
renovar el arte. Todo es demasiado viejo.
Gregorio
Casa no los soporta. Gregorio Casa, el gesto alcohólico, los ojos
encendidos, la cojera torpona, busca llenar el vacío. Continúan su
arenga los cuatro gatos. Pellizcos de tabaco sobre la mesa. Los
cuatro eruditos se bambolean hacia el exterior. Figuras de humo a
través de la ventana. Gregorio Casa pide otra cerveza. Su cerebro,
todavía despierto, se pierde en incómodas cábalas intelectuales.
Junto a él, en una mesa cercana, el viejo Barbas de Chivo escribe en
un cuaderno. Gregorio Casa se arranca:
—¿Qué
escribe esta noche, Barbas de Chivo?
El
viejo dios, altanero y esquivo, rumia el discurso:
—La
tragedia de España.
Hipido
cervecil de Gregorio Casa:
—En
ella nos hallamos.
Fulgura
por instantes el cobre de los ojos de Barbas de Chivo. La frialdad de
su escultura destella sabiduría.
—Y
yo la expreso.
—Usted
puede. Nosotros, los jóvenes, estamos perdidos. A nosotros, los
jóvenes, nos han arrebatado todo. ¡Somos artistas sin cultura! Todo
tiene precio. La escritura tiene precio. Los lienzos tienen precio.
Los propios artistas tienen precio. Ya no tiene sentido crear.
¡Estamos destinados al fracaso antes de intentarlo!
—Puestos
a fracasar, mejor sería intentarlo y fracasar que fracasar sin más.
—¿Y
con qué herramientas? Ninguna nos queda. Sólo tiene que escuchar a
los eruditos a la violeta del café: sin tener ni zorra idea de nada,
se pintan a sí mismos como el albatros de Baudelaire. Pero su lengua
no dice nada.
—Los
idiomas nos hacen y nosotros hemos de deshacerlos. Hay que cavar la
cueva donde enterrar esa hueca y pomposa lengua.
Vuelven
los cuatro gatos. Lope Dante, sabio trasnochado —mocasines, polo
pijo, americana con coderas—, pasea su mirada de mochuelo por el
café. Con la seguridad del que espera ser aplaudido, comienza su
discurso, el hablar lento y monótono debatiéndose entre la
viscosidad mayestática y la comicidad del ventrílocuo:
—Todos
ustedes tienen claro el enorme compromiso que los intelectuales
tenemos para con la humanidad: somos salvadores de la inteligencia
universal. En la intrincada existencia posmoderna, nuestro deber, el
mío y el de ustedes, es liderar a los seres desdichados y
conducirlos con mano firme, con mano sólida, sin temor, de las
tinieblas hacia la luz, extirpándolos del cáncer social que es la
ignorancia. ¡Nuestro deber, señores! ¡Nuestro deber! Como
laureados intelectuales que somos, el bien moral depende, en última
instancia, de nosotros. Inequívocamente digo esto. ¡Inequívocamente,
señores! ¡Inequívocamente!
Gregorio
Casa dirige su mirada azul y lupina al viejo Barbas de Chivo. El dios
antiguo vuelve a la carga:
—Cava
la cueva, joven. Ésta es la tragedia de España.
Y tan estafada, la generación. Un gran esperpento, pequeño saltamontes de inteligencia privilegiada. Lope Dante me recuerda a nosequién... Te ha salido bordado el retrato. ;)
ResponderEliminar¡Señorita Nito! Gracias por tus amables palabras (¡las primeras que aparecen por aquí!). Lope Dante ha quedado muy... mayestático. Como me lo he pasado bien escribiendo este mini retrato social, si me animo lo convierto en novela y meto al señor Dante con sus mocasines y lo desarrollo más. Y le pongo pins.
ResponderEliminar¿Hay mas? Por favor, dime que hay mas...
ResponderEliminarhttp://i2.kym-cdn.com/photos/images/original/000/578/367/a74.jpg
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